lunes, 16 de marzo de 2009

CONVOCATORIA POR NUESTROS COMPANEROS

UN LLAMADO A LA SOLIDARIDAD
Seguiré creyendo en que la búsqueda de la justicia y la búsqueda de la solidaridad a través de la posesión de la justicia, es lo único que nos podrá sostener.
CT. CESAR CASTAÑO RUBIANO
Acabo de recibir una invitación que hacen algunas organizaciones integradas, por militares de la reserva activa y sus familias. Se convida a una manifestación pacífica en defensa de los militares internos (no digo presos, pues un ser humano no puede estar ni preso ni detenido, pues es su voluntad quien impone la condición, no las circunstancias), el día viernes 20 de marzo a las 10:30 am, en el monumento “A los caídos”.
El objetivo, hacer un llamado a la opinión pública y a las instancias gubernamentales, para lograr el traslado de los militares en actividad o retiro, internos en cárceles comunes a establecimientos penitenciarios militares. Un evento frente al cual no podemos hacer oídos sordos, ni dejar de asistir con las mil excusas que utilizamos todo el tiempo: mi trabajo no lo permite, mis responsabilidades menos, la cita que debo cumplir, etc.
Es extraño que otros si tengan tiempo, que los demás sí asistan, que otros si luchen por su supervivencia. Basta observar las convocatorias que hacen organizaciones y personajes de la izquierda radical, allí llegan amas de casa que apuran sus tareas por el afán de asistir, llegan profesores que acortan sus horas de clases, oficinistas que arriesgan su empleo, obreros que dejan de lado el pan diario, y demás personas “que en aras del compromiso” buscan el tiempo necesario. Pero además de asistir, difunden el mensaje no solo entre ellos mismos, sino entre otros colectivos y organizaciones pues siempre trabajan en red. Sus voces, multiplican el mensaje que termina llegando a los medios nacionales e internacionales, quienes no tienen opción distinta a presentar la noticia.
Muchos de ellos toman dos o tres buses para llegar al lugar convenido, desayunan si acaso les es posible (agua de panela y pan), soportan aguaceros, lanzan arengas hasta quedar sin voz, se enfrentan a las autoridades y permanecen estoicos frente a la presencia del ESMAD. Para ellos todo vale pues es necesario responder al llamado. Si uno les pregunta, porqué hacen todas estas cosas, le responden: Compañero, todo es cuestión de solidaridad y supervivencia, hoy son ellos y nosotros probablemente seremos los próximos.
Mientras tanto los militares en retiro, nos quejamos frecuentemente de la “guerra jurídica” desatada contra las instituciones militares, de la “guerra política” que las ONG y otras tantas organizaciones libran en contra nuestra. Es cierto, existen tales guerras, pero la pregunta es ¿por qué son tan eficientes? Nos decimos entonces, que quienes la libran reciben ingentes recursos, que tienen toda una estructura, en fin acudimos a tantos supuestos que terminamos agotados frente a tanta “efectividad”.

Pero la verdad es una sola, esas organizaciones funcionan por que más allá de los egoísmos, los protagonismos y los intereses personales, existe una causa común soportada en valores como la solidaridad y la fraternidad, los cuales convergen en un compromiso en una lucha sin tregua, eso si sin dejar de lado disensos, debates o contradicciones.

En lo que corresponde a la solidaridad, a veces tan escasa en nuestro gremio, pareciera que cada quién se ha transformado en una isla que, junto a las otras y separadas de ella, compone un inconexo y lóbrego archipiélago. Nos hemos conformado con una solidaridad personal de sentimientos traducida en afinidades de elección o provecho.
Si bien fuimos educados, desde el principio, para la exigencia más que para la generosidad; para la reivindicación más que para la cooperación, es hora de dejar de vociferar grandes y elocuentes discursos, en los que hablamos de grandeza, patria y héroes, es tiempo de pasar a la acción, pues las palabras, en ocasiones se dicen tan sólo para enmascarar posiciones de absoluto egoísmo.
Difundamos el mensaje, pongámonos la camiseta que desde ahora nos blindará, somos tantos pero a las vez tan pocos, por ello necesitamos unirnos en aras de esos compañeros que en medio del dolor y las dificultades propias de la cárcel, nos están haciendo un llamado, pero no para defenderlos tan sólo a ellos, nos están lanzando una voz que nos previene de todo aquel futuro negro que nos espera si continuamos en la misma indolencia.
Invito a que dejemos de lado nuestras ocupaciones, nuestras “urgentes” necesidades, nuestros cargos públicos o privados, nuestras aulas en la Universidad Militar, nuestras reuniones en las asociaciones de retirados, esto es un deber moral.
¡Asistamos¡
Viernes 20 de marzo a las 10:30 am, en el monumento “A los caídos”
CAN Calle 26

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