jueves, 9 de noviembre de 2017

¿Democracia liberal, Comunismo o Populismo?
Disyuntiva de los colombianos de cara a las elecciones del 2018


“La democracia liberal necesita de constantes defensas intelectuales”

Eduardo Posada Carbó

Por: Mayor General (RA) Javier Hernán Arias Vivas, Magíster en Seguridad y Defensa Nacional de la Escuela Superior de Guerra de Colombia


Resumen:
Este escrito se enfoca a hacer un análisis desde la perspectiva de las ideas políticas, para ofrecer elementos de juicio que al final, ayuden a tomar una decisión de votar por los candidatos que mejor le convengan al país a las instituciones y a las fuerzas armadas.

1.        Introducción

Colombia se alista para votar en dos elecciones en el 2018. La primera, para los miembros del Congreso de la República (11 de marzo) y la segunda, para Presidente y Vicepresidente de la República (27 de mayo). El contexto en que estas dos actividades se van a llevar a cabo está signado por la complejidad: (I)Unas Farc desmovilizadas como grupo armado pero con disidencias, en franca acción política hacia su principal objetivo que ha mantenido a lo largo de su historia que es “la toma del poder”; (II) una opinión pública dividida ideológicamente: unos, que propugnan por una paz a cualquier precio y otros, en franca crítica hacia un proceso de reconciliación con las Farc que consideran violatorio de la constitución nacional y de completa impunidad con los crímenes cometidos por este grupo subversivo; (III) escándalos de corrupción atribuidos a altos dignatarios del gobierno, de las altas cortes y de la justicia en general; (IV) un ambiente económico en deterioro por la inercia del aparato productivo del país y por la parálisis de la inversión y la prevención de las familias para estimular el gasto; (V) y un ambiente de inseguridad interna y externa deteriorado por la acción de bandas delincuenciales y las tensiones que se perciben por la situación que se vive en Venezuela.  

La gran pregunta que muchos colombianos se hacen es ¿Por quienes votar? La respuesta es igual de difícil en medio de la multiplicidad de ofertas que se encuentran en el mercado político de candidatos a senadores, representantes, presidente y vicepresidente de la república. Por lo tanto, este trabajo se enfoca a hacer un análisis desde la perspectiva de las ideas políticas para ofrecer a los electores, elementos de juicio con el fin de tomar decisión de votar por los candidatos que mejor le convengan al país y a sus instituciones.

Para el cumplimiento de este cometido, en primer lugar, se hará una descripción de las principales características de la Democracia Liberal enunciando los partidos políticos o movimientos que más se acercan a esta tendencia ideológica en Colombia. Luego, se abordará brevemente al Socialismo o Comunismo, teniendo en cuenta cuáles son los movimientos inscritos en Colombia proclives a esta corriente ideológica. Finalmente, se analizarán diferentes elementos del universo llamado Populismo y los peligros que encarna para una Nación como la colombiana.

2.        La democracia liberal

La democracia liberal, es el sistema que combina armónicamente los conceptos de democracia y liberalismo. Democracia, significa que “las instituciones políticas descansan sobre los principios fundamentales siguientes: soberanía popular, elecciones, parlamentos, independencia de los jueces, libertades públicas, pluralismo político”. Gracias a ello, los ciudadanos poseen un amplio margen de autonomía y de medios de presión eficaces sobre los gobernantes (Duverger, 1982, p.51).

En cuanto al liberalismo, el profesor Augusto Hernández Becerra, en su libro “Las ideas políticas en la historia”, lo caracteriza de la siguiente manera: 

Liberalismo, desde el punto de vista político, “es la corriente doctrinal que pregona la supremacía de las leyes naturales y cuyos presupuestos básicos son: la exaltación del individuo y sus derechos, la fe en el progreso humano, la tolerancia como norma de convivencia, la no injerencia del Estado en la vida social y económica, el origen parlamentario de las leyes, la democracia representativa, la supremacía del derecho sobre el poder político, la igualdad de los hombres, la supremacía de la Constitución en el ordenamiento jurídico, la concepción del orden político como producto de un pacto social, la tridivisión de los poderes del Estado como mecanismos para garantizar la libertad,

Desde la perspectiva del liberalismo económico es una doctrina que da sustento teórico al desarrollo del capitalismo y evoluciona paralelamente al liberalismo político. El liberalismo económico está fundado en la libertad personal, la propiedad privada de todos los bienes, la libre iniciativa de los individuos para dedicarse a la industria y el comercio con el ánimo de obtener lucro, la libre competencia como fuerza reguladora de la producción y de los precios, y el libre juego de los precios y el libre juego de las leyes económicas naturales o leyes del mercado.

Una breve historia de la democracia, nos señala según Giovanni Sartori en su obra “Elementos de teoría política”, que la democracia precedió al liberalismo y éste a la democracia liberal. Desde la antigüedad la democracia fue asumida en sentido negativo. “Para Aristóteles, la democracia es la forma corrompida del gobierno de muchos: y ello, porque en la democracia los pobres gobiernan en su propio interés (en lugar de gobernar en el interés general)” (2012, p. 36). Continúa Sartori diciendo que:

Durante milenios el régimen político óptimo se denominó <> (res pública, cosa de todos) y no democracia. Kant repite una opinión común cuando escribía, en 1795, que la democracia <>; y los padres constituyentes de los Estados Unidos eran de la misma opinión pues en los Federalist Papers se habla siempre de <>, y nunca de democracia (salvo para condenarla) (p.29).

Fue a partir de 1848, en cabeza de Tocqueville cuando expresó que “La democracia y el socialismo están unidos sólo por una palabra, la igualdad; pero hay que notar la diferencia. La democracia quiere la igualdad en la libertad, y el socialismo quiere la igualdad (…) en la servidumbre” (Sartori, 2012, p.42). A partir de este momento nace la gran polarización entre Socialismo y Democracia Liberal, que se profundizó en la llamada Guerra Fría, en donde se enfrentaron dos ideologías poderosas, la una, el Comunismo, representada por la URSS, -Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas- y la otra, la Democracia Liberal, practicada por Estados Unidos, Europa Occidental y sus aliados y que se desarrolló desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, hasta el año 1991, que marca el inicio de la caída del Imperio Soviético con su ideología Socialista.

Enfatizando el anterior argumento, Eduardo Posada Carbó, en su habitual columna de El Tiempo, afirma:

“¿El fin de la historia?” es el famoso título del ensayo de Francis Fukuyama publicado en The National Interest en 1989. Todavía estaba en pie el muro de Berlín. Glasnot y perestroika, las políticas de Gorbachov, seguían su curso, pero el derrumbe del imperio soviético ocurriría en 1991. Fukuyama, no obstante, se adelantó a proclamar el triunfo de la democracia liberal sobre el comunismo. (Posada, C, 25 de agosto 2017, p.15).

En Colombia, los partidos políticos que más se acercan a este ideal de la democracia liberal son entre otros: el partido Liberal Colombiano, el Partido Conservador, el Nuevo Liberalismo, Cambio Radical, el Partido de la U, y el Centro Democrático; cada uno, con sus características particulares y de liderazgo, pero en general, dentro de esta órbita.

Sin embargo, el Partido Liberal Colombiano, de la mano de su líder Alfonso López Michelsen se inscribió en el año 1999 a la Internacional Socialista como integrante de los partidos socialistas del mundo, estableciéndose de esta manera una contradicción de difícil interpretación: ¿Es el partido liberal colombiano, de doctrina Liberal o Socialista? Esta dualidad, es la razón por la cual algunos políticos señalados como socialistas o comunistas pertenecen a la nómina de este partido confundiendo de esta manera al electorado colombiano.

3.        El comunismo o socialismo

Las doctrinas socialistas modernas emergieron a la par con la revolución industrial que nació inicialmente en Inglaterra a finales del Siglo XVIII y luego se extendió a toda Europa y a los Estados Unidos. Esta revolución industrial materializada por invenciones e innovaciones tecnológicas, trajo consigo profundas desigualdades sociales y brutales condiciones de vida y de trabajo para los obreros y el surgimiento de una clase económica opulenta y poderosa que se enriqueció por la producción industrial a gran escala de productos y bienes de consumo (Hernández, A, 2008, p.291).
Frente a este panorama económico, surgen varios tipos de socialismo clasificados en utópico, marxista y anarquista. En la búsqueda de un alivio en la vida de la clase obrera se esgrimen varias propuestas. “Unas proponen medios exclusivamente pacíficos, otras no descartan el uso de la fuerza, algunas plantean la revolución violenta y hay las que sostienen que debe acudirse sencillamente al terrorismo general e indiscriminado” (Ibíd, p.292).

En este escrito, para su descripción, se escoge al socialismo marxista o comunista por la importancia de contener las raíces de la mayoría de los socialismos del Siglo XX y XXI. Raíces, principios y formas de acción, a las cuales acudirán los líderes de estos movimientos de izquierda una vez instalados en el poder. Cabe advertir, que el término “Comunismo”, “designa los regímenes políticos inspirados en ideologías marxistas y, en general, el conjunto de partidos escindidos en 1919, del movimiento socialista para agruparse en la III internacional. El filósofo Ludwig von Mises, aclara esta dualidad de la siguiente manera:

Fue únicamente en 1928, que el programa de la Internacional Comunista que adoptó el VI Congreso celebrado en Moscú, comenzó a distinguir entre comunismo y socialismo y no solamente entre los comunistas y los socialistas…Conforme a esta nueva doctrina existe una tercera etapa en la evolución económica de la humanidad, entre la etapa histórica del capitalismo y la del comunismo, esto es, la del socialismo. Este es un sistema social que se basa en el control público de los medios de producción y en la dirección total de todos los procesos de la producción y de la distribución, por conducto de una autoridad central planeadora. Desde este punto de vista es igual al comunismo, pero difiere de él en que no hay igualdad en las porciones que se reparten a cada individuo para su propio consumo (…) (Mises, 1968, p.566)
      
Con lo anterior, se aclara que es apropiado designar indistintamente al socialismo marxista como comunismo.
Consiste el Socialismo marxista o Comunismo, en un sistema político de carácter totalitario que enfatiza sobre: (I) Abolir la propiedad privada; (II) Eliminar las clases sociales a través de la dictadura del proletariado; (III) Empleo de todas las formas de lucha para la toma del poder; (IV) Tomarse el poder una Nación para implantar la “dictadura del proletariado”; (V) No existen los incentivos para que los particulares participen en el progreso; (VI) Purgas internas para neutralizar intentos de opinión o actuación diferente a los profesados por el gobierno; (VII) Existen dos documentos rectores: El Capital y el Manifiesto Comunista; (VIII) El régimen es de un Estado policial que vigila permanentemente la opinión y las actividades de la población; (IX) El Estado planea, produce, almacena y distribuye los bienes de consumo; (X) Existencia sólo de un partido político: El Comunista.(Sabine, 2006, pp.595-605)

Ahora bien, dice el profesor Andrés de Francisco, que “no hay en la tradición marxista una teoría del socialismo mínimamente articulada (…) Este gigantesco experimento social -la construcción del socialismo- degeneró, como hoy ya nadie ignora, en la tiranía de un partido macrocefálico, en la corrupción burocrática y en la esclerosis económica” (De Francisco, 1994, p.236).

Tras la generalización del descrédito de la ideología socialista marxista o comunismo, a partir de 1989, -inicio de la caída de la URSS-   los actuales partidos llamados de izquierda, que tienen sus raíces cercanas o lejanas en esta ideología política, se reorientan permanentemente para acoger, junto a la tradicional identidad economicista, la reivindicación de causas políticas y culturales propias de cada país o región (Ramírez, 2005, p.245).

Y en esta esfera, se inscriben las diferentes corrientes políticas colombianas tales como el partido Comunista Colombiano, Marcha Patriótica, el Polo Democrático del senador Jorge Robledo, Alianza Verde de Claudia López, Compromiso Ciudadano del exalcalde de Medellín Sergio Fajardo, el Partido Progresista de Gustavo Petro y el recientemente creado partido de las FARC (Vargas M, 10 de septiembre 2017, p.7).

Es así que, para las elecciones del 2018 en Colombia los movimientos y partidos de la izquierda colombiana, se están apropiando de temas coyunturales tales como: la defensa del medio ambiente y la lucha contra la minería extractiva de gran escala (Polo Democrático y Alianza Verde); la defensa de los derechos humanos (Partido Progresista); la lucha contra la corrupción (Alianza Verde y Polo Democrático); Crisis en la salud y en la educación (Compromiso Ciudadano) la defensa de las minorías étnicas (Marcha patriótica); la defensa de la paz (FARC); y, últimamente, la defensa de los acuerdos de La Habana entre el gobierno colombiano y las guerrillas de las FARC. 

4.        Los peligros del populismo en las próximas elecciones

El populismo nace de un líder carismático que es percibido como parte del pueblo, y que, como parte de este, entiende sus problemas y dificultades. Generalmente, los líderes populistas explotan el sentimiento de opresión de las masas y las injusticias sociales para movilizarlas en contra de las élites sociales o políticas (Banco de la República, 2017, p.2). Así, por ejemplo, cuando Hugo Chávez asumió el poder en Venezuela en 1998, lo hizo, antecedido por un furor popular cansado de la corrupción y la decadencia de la justicia y de los partidos políticos.

En apoyo del anterior concepto, el economista Carlos Caballero Argáez, en su columna de El Tiempo del 8 de julio de 2017, afirma:

Un populista “divide al mundo en un pueblo virtuoso, de un lado, y unas elites corruptas y amenazantes, de otro” (Martín Wolf, Orígenes económicos de la oleada populista, Portafolio 1 y 2 de julio de 2017, p.23). El “antielitismo” es una característica. Otra sería el “anti pluralismo”, un peligro para la democracia. El populista considera que sus competidores son inmorales y corruptos y, por supuesto al llegar al poder no reconocen a la oposición como legítima (…) no confían en las instituciones, en las cortes en los medios de comunicación, en la burocracia o en las reglas monetarias. Sospechan de los mercados libres y del libre comercio (…) En Colombia, la irresponsabilidad es otra característica del populismo.  Uno no entiende el afán populista del legislativo de aprobar gastos que el pueblo parece no estar pidiendo (…) si a esto se suma la campaña electoral en este entorno mundial y en medio de la polarización interna, la tecnocracia tiene motivos para estar inquieta sobre el futuro de Colombia (p.27)  

A lo precedente, habría que agregarle otra característica igual de grave de un populista, y es el hecho, de que tan pronto llega al poder, de inmediato ambienta y lleva a cabo una asamblea constituyente, para mediante una nueva constitución política, cambiar las estructuras de un país y lo que es más perturbador, perpetuarse en el poder tal como está sucediendo en Venezuela y Cuba.

De la misma manera, el populista sabe que en el poder de las armas de las fuerzas militares y de policía, se encuentra el peligro para impedir sus fines, por lo tanto, hay que debilitarlas, conquistarlas, penetrarlas, cambiar los mandos no adeptos. Se debilitan, disminuyendo su presupuesto y mediante la amenaza de cárcel a través de la Jurisdicción Especial para la Paz. Se conquistan, mediante dádivas, concesiones y privilegios. Se penetran, mediante un nuevo modelo de doctrina y educación militar. Se cambian mandos, asegurando el ascenso y promoción de los que muestren lealtad al nuevo régimen.

5.        Conclusión

El electorado, tiene que estar atento a la escogencia de sus candidatos y en sus análisis, debe contemplar los engaños a los cuales puede estar sometido. ¿Por quién votar? Hay que votar por un candidato que ofrezca las mayores y mejores garantías de libertad en todos los aspectos, progreso, respeto a la Constitución y las Leyes, respeto a la propiedad individual y a las instituciones. En síntesis, hay que votar por un demócrata liberal de reconocida solvencia moral y lealtad a los ideales y causas que encarna.

De otro lado, hay que desechar de forma contundente a los candidatos populistas asociados a las ideas socialistas o comunistas porque ellos son el germen del totalitarismo, de la privación de las libertades individuales, de la abolición de la iniciativa privada, del irrespeto a la Constitución y las Leyes y de la concentración de la autoridad en el ejecutivo, en detrimento de los otros órganos del poder. Colombia no puede convertirse en otra Cuba o Venezuela.

Recordar que en partidos de tradición demócrata liberal se esconden o camuflan políticos de corrientes opuestas que una vez en el poder, inclinan su balanza hacia las determinaciones que favorezcan su verdaderos ideales o intereses.

Las Fuerzas Armadas de Colombia, en este ambiente de polarización, de crisis económica y social y de incertidumbre en la cual se encuentra el país, tienen también un futuro no claro, especialmente en cuanto al presupuesto para cumplir su misión, su desarrollo y bienestar de los hombres en actividad y en retiro, así como, con los riesgos que encarna la Jurisdicción Especial para la Paz convenida en los acuerdos de La Habana con las Farc. La reserva activa tiene que estar unida y votar por los que convengan al interés general de la Nación y a su propia utilidad. Es decir, por un demócrata liberal de firmes convicciones republicanas.

Referencias
Caballero A, Carlos. (2017). La horrible realidad del populismo. El Tiempo del sábado 8 de julio de 2017. Bogotá: El Tiempo

De Francisco, Andrés. (1994). Del Ideal socialista a la teoría del socialismo. Revista de Estudios Políticos (Nueva Época), No.85, julio-septiembre 1994, 235-260. Madrid, España. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/revista?codigo=1166

Duverger, Maurice. (1982). Instituciones políticas y derecho constitucional. Barcelona: Editorial Ariel

Hernández, B, Augusto. (2008). Las ideas políticas en la historia. Bogotá: Universidad Externado de Colombia.

Mises, Ludwig von. (1968). Socialismo. Buenos Aires, Argentina: WB

Ramírez, Q, Clímaco. (2005). Ideas democráticas y regímenes totalitarios. Bogotá: Editorial 8 Serie, Universidad Militar Nueva Granada.

Sabine, George. (2006). Historia de la teoría política. México: Fondo de Cultura Económica

Sartori, Giovanni. (2012). Elementos de teoría política. Madrid: Alianza Editorial

Subgerencia Cultural del Banco de la República. (2015). Populismo (y Neo-populismo).  Recuperado de: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ayudadetareas/politica/populismo_y_neo_populismo

Vargas, Mauricio. (2017). La izquierda en 2018. El Tiempo del 10 de septiembre de 2017. Bogotá: El Tiempo

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