miércoles, 12 de marzo de 2014

La dimensión humana y de líder militar del nuevo Comandante del Ejército de Colombia

“Las fuerzas militares no son negociables en La Habana”: General Lasprilla

Por  Edgar Artunduaga
@Artunduaga_
Revista KienyKe, Bogotá
5 de marzo de 2014

El General Jaime Alberto Lasprilla Villamizar, nuevo comandante del Ejército Nacional, siempre ha hablado corto y directo. Su lenguaje y sus acciones le han granjeado gran prestigio al interior de las fuerzas militares. La historia lo recuerda al mando de 16 mil hombres de la Fuerza de Tarea Conjunta Omega en el sur del país. “Inmovilizó” –como dicen en el argot militar- a 600 guerrilleros, entre desmovilizados, capturados y muertos en combate. Y capturó a alias ‘El Boyaco’ y a alias ‘El Payaso’, dos sujetos de la guerrilla de la más alta peligrosidad.

¿Por qué dice que “anhelamos la paz, pero digna y basada en una victoria militar”?

Es un deseo de todos nuestros soldados. Las Fuerzas Militares no son negociables, es decir, no serán tocadas en los diálogos, en las negociaciones que se están llevando a cabo en Cuba, precisamente porque las Fuerzas Militares siempre han sido el bastión de la democracia, de la protección de la soberanía, de la seguridad, de la integridad del territorio nacional. El segundo tema tiene que ver con los beneficios si hubiere lugar en el caso de llegar a un acuerdo para el cierre del conflicto, beneficios posiblemente para los terroristas de las FARC, pero esos beneficios tienen que extenderse a los miembros de las Fuerzas Militares. Y el tercer tema… no habrá un cese al fuego bilateral hasta que no haya un acuerdo para poner fin al conflicto.

¿Cuando usted habla de victoria militar, obligatoriamente es ganarle la batalla militar a la guerrilla?
 Sí. Efectivamente es lo que se ha venido dando. La presencia de las FARC en la mesa de negociaciones es el resultado de una serie de victorias, entendidas como la presencia permanente de las tropas en diferentes regiones del país, garantizando la seguridad en el 95% de los municipios de Colombia que están bajo protección total, gozando de esa seguridad. Estos resultados han permitido la reducción de las capacidades terroristas, entendiendo esto como su capacidad armada, capacidad financiera, logística, sus redes de apoyo al terrorismo. Ha sido un trabajo de varios años, de más de una década precisamente debilitando a las diferentes estructuras de las Farc.

En otras palabras, general Lasprilla, ¿el Ejército no perderá la iniciativa y la ofensiva militar?

Exactamente. Tenemos una hoja de ruta muy clara que está fundamentada en el “plan de guerra espada de honor” del que se deriva nuestro plan de campaña. Buscamos acelerar la derrota militar de los terroristas de las FARC. Es un interés nacional, un deseo ferviente de la población civil y un anhelo anidado en el corazón de los soldados. Pero como le decía, una paz con dignidad, una paz sin imposiciones por parte de los terroristas de las FARC, una paz que le convenga al país para que haya progreso y una seguridad estable.

¿Hay un sector del Ejército que no comparte los diálogos de La Habana y que estaría torpedeando este proceso de paz?

No. Eso no es cierto de ninguna manera. ¿Quién más que el soldado que ha sufrido las hondas heridas y cicatrices de la guerra para querer la paz de los colombianos?

¿Está cohesionado entonces el Ejército, apoya irrestrictamente el proceso de paz que lidera el presidente en La Habana?

 Sí, efectivamente. Nosotros más que nadie somos garantes de esa paz, y precisamente los esfuerzos y los sacrificios, el valor diario que demuestran nuestros soldados, su trabajo en todos los rincones de la geografía nacional, están orientados precisamente para garantizar la vida, la honra y los bienes de los ciudadanos, en procura de alcanzar esa paz.

¿Hay garantía y seguridad en todo el territorio nacional para actividad proselitista o hay zonas en donde los políticos no deben acceder?

Todo el esfuerzo de Fuerzas Militares, Policía Nacional, está encaminado a garantizar el libre ejercicio del sufragio en todos los rincones de la geografía nacional. Habrá algunos sectores aislados por la parte de infraestructura de carreteras y de pronto por logística en donde tendremos que mover, digamos, las mesas para reubicarlas y para darles una mayor garantía a los ciudadanos en el ejercicio del sufragio.

Sobre otro asunto, ¿desde su comandancia en el Ejército Nacional se va a preparar a los soldados de Colombia para el posconflicto?

Precisamente una de las líneas de acción dentro de los planes de campaña hay el propósito de la transformación. Vamos a determinar cuál es el ejército ideal, el ejército que necesitan los colombianos para protegerse. Las amenazas van evolucionando, cambiando, amenazas internas y externas. En este sentido está trabajando el Ejército Nacional.

General, para que lo conozca más el país, ¿cuál es su trayectoria militar?

Soy un ciudadano normal, un soldado normal. Inicié mi carrera militar en 1977, en la Escuela Militar de Cadetes donde permanecí tres años y medio. He ocupado diferentes cargos de responsabilidad. Fui ejecutivo y segundo comandante de la Escuela de Infantería, comandante de la agrupación de fuerzas especiales antiterroristas urbanas, comandante del batallón Voltígeros en Urabá, oficial de operaciones de la brigada 17 en Urabá, comandante del batallón Ricaurte, comandante del comando de operaciones especiales del Ejército, comandante de la novena brigada en el Huila. Ya de general, comandante de la fuerza conjunta de acción decisiva. Fue una participación significativa en el oriente del Tolima, en el Huila; de igual manera en la fuerza de tarea conjunta Omega, en el área del nudo de Paramillo.

¿Se sorprendió con el nuevo cargo, fruto de un remezón militar?

Nosotros cumplimos unas etapas, escalafones y jerarquías. A veces las cosas llegan de forma intempestiva y esos retos hay que asumirlos con la mayor seriedad, compromiso institucional y responsabilidad, al lado de nuestros soldados.




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