EL HERALDO,
Barranquilla domingo 18 de mayo de
2014 - 12:05am
La trampa de Santos y las Farc
Por: Abelardo De la Espriella
Entró en funcionamiento una estrategia
perversa que tiene como único propósito proteger los intereses del presidente
de la República y de los miembros del secretariado de las Farc. Tanto Santos
como Timochenko y sus alegres muchachos requieren con urgencia hacerle creer a
la población, hastiada de la violencia irracional de la guerrilla, que soplan
vientos de paz y que ese barco del proceso que hoy se tramita en La Habana solo
puede llegar a buen puerto si Juan Manuel Santos continúa atornillado al timonel
del poder.
El irrisorio cese al fuego (apenas 8
días) propuesto de manera unilateral por las Farc tiene como objetivo manipular
la voluntad popular para incidir de manera directa en el resultado electoral de
los próximos días. A Santos no le ha bastado aliarse con Samper, Gaviria,
Vargas Lleras, Yair Acuña, Petro y demás especímenes de la pintoresca fauna
política, sino que, además, en medio del desespero por una inminente derrota,
hace gala de su oportunismo proverbial y echa mano de la paz para utilizarla
con fines personales, a través de una alianza política descarada con las Farc.
¡Qué horror!: terroristas pronunciándose a favor del presidente, y este, a su
vez, haciéndose el de ‘la vista gorda’ ante las atrocidades de aquellos. Por
algo similar fueron a la cárcel un centenar de políticos relacionados con las
Autodefensas.
No es casualidad, ni mucho menos un acto de generosidad, que el cese al fuego
propuesto por las Farc empiece a operar justo una semana antes de la primera
vuelta presidencial. El tal cese tiene dos propósitos, es una jugada a dos
bandas: por una parte, busca desviar la atención sobre un hecho de una
monstruosidad indescriptible: las Farc utilizaron a dos “niños bomba” para a
atacar a la fuerza pública, y, por otro, favorecer de frente la reelección de
Santos, pues ya las Farc le cogieron ‘el bajito’ al presidente y saben que
pueden hacer y deshacer con él.
Si a Santos de verdad le importara Colombia, habría mandado al carajo a las
Farc, tan pronto se conoció la noticia de los “niños bomba” de Tumaco. No puede
haber indulgencias o perdón para aquellos que cometen crímenes tan abominables;
mucho menos en medio de un proceso de paz. Como a Santos solo le importa
reelegirse, en ese cometido hará alianzas con el mismísimo Lucifer, de ser necesario.
Las cosas están así: de seguro habrá
segunda vuelta. Si Santos gana la primera vuelta (algo francamente improbable),
las Farc mantendrán el cese al fuego hasta la segunda; pero si Santos pierde en
la primera vuelta (que es lo más seguro), las Farc arreciarán los ataques a la
población civil, la quema de pueblos, los asesinatos y demás crímenes a los que
están acostumbrados, con la intención de presionar por cuenta del terror y el
miedo a los votantes, para que en segunda vuelta elijan despavoridos a
Santos.
La trampa está clara y no podemos caer
en ella. No debemos hacerle el juego a Santos y a las Farc. Lo que viene
ocurriendo es una señal inequívoca de que, si Santos llega a reelegirse, las
Farc ejercerán el poder a su lado y tendrán la batuta en las decisiones
importantes del Estado. Con el candidato-presidente vamos rumbo al
castro-chavismo versión santista, que ha de ser peor.
Ningún proceso de paz justifica que se
le entregue en bandeja de plata el país a quienes tanto daño han causado.
La ñapa I: desde hace 2 años vengo
sosteniendo que Santos no se reelige. El tiempo me está dando la razón. La
gente votará contra Santos.
La ñapa II: el Consejo Nacional
Electoral es una cloaca. Lo que le hicieron a Marta Lucía Ramírez es un burdo
prevaricato.
La ñapa III: Electricaribe y sus
directivos dan asco.
La ñapa IV: la ruptura entre lo que
piensan los grandes medios de comunicación y la gente en las calles es total.
Ya es hora de que se sintonicen con el pueblo.
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