18 DE MAYO DE
2012
¡A callar,
periodistas que critican la "paz"!
Por Jaime Restrepo Vásquez.
El atentado contra el Director de
La Hora de la Verdad despertó algunas solidaridades políticas —¿cuál de ellas
más oportunista?— y el rechazo de diversos sectores de la sociedad colombiana.
Sin embargo, los pronunciamientos se han direccionado al repudio por el ataque
contra alguien que fue ministro del Interior, cargo que dejó hace más de ocho
años.
Tal posición resulta conveniente para los sectores políticos que están en contienda, pero se aleja por completo del propósito de los terroristas: silenciar a un periodista de opinión que representa la posición contraria al unanimismo mediático que padece el país.
La bomba contra Fernando Londoño
Hoyos no recuerda los atentados contra Rudolf Hommes, ni contra el general
Miguel Maza Márquez… La acción terrorista trae al presente el ataque contra el
Canal RCN y el asesinato de Guillermo Cano, entre muchas otras acciones de
terror que ha padecido Colombia en su historia reciente.
Así las cosas, el intento de acallar una voz disidente de la coral de aduladores del actual gobierno y de su abierta proclividad al otorgamiento de impunidad y poder político al terrorismo, se convierten en la intención fundamental que el sentido común señala como móvil del crimen.
Ni más ni menos: atacaron la libertad de expresión que ejerce un periodista de opinión, cualquiera sea su tendencia ideológica o política y ese hecho no puede separarse de las exigencias hechas por el grupo terrorista de las FARC, después del secuestro del periodista Romeo Langlois, pues en el fondo —con métodos distintos— buscan amordazar a los díscolos periodistas que hablan sin pudor sobre los peligros que acarrea el clamor por la paz modelo Chávez. De igual forma, tampoco se puede olvidar que hace pocas semanas, el autócrata gobierno colombiano intentó la asfixia económica contra La hora de la verdad, suspendiendo la pauta que tenía en ese espacio de opinión y noticias, pues tanto a las FARC como al gobierno colombiano, les estorban enormemente las voces críticas.
Resulta pavoroso el cuidado del “buen nombre” de las FARC, pues solo unos minutos después del atentado, Caracol Radio sostuvo que había consultado con algunos ex ministros de Justicia quienes lanzaron la especie de que la acción terrorista era un “ajuste de cuentas” de grupos paramilitares a los que Londoño Hoyos les había quedado mal. Es más: durante 48 horas, solo algunas voces aisladas señalaban a las FARC como autoras del crimen, ya que el propio gobierno negaba la vinculación de los terroristas con el ataque contra Londoño Hoyos.
Es injustificable que el gobierno y los medios de comunicación quisieran ocultar o preservar la “honra” de las FARC y del Marco Legal para la Paz, con elementos tan claros como los que se conocían ya en la noche del 15 de mayo: un carro-bomba desactivado en inmediaciones del Comando de la Policía Metropolitana de Bogotá, con un capturado que había sido miembro de las FARC; un atentado con bomba lapa —artefacto diseñado, mejorado y utilizado por la banda terrorista ETA, que vieneasesorando a las FARC en el tema de explosivos— y el cúmulo de amenazas contra Fernando Londoño no podían considerarse meras coincidencias aisladas, como intentó hacerlo aparecer el presidente Santos.
De hecho, el sentido común indica que justo ese día se daban dos situaciones trascendentales: el inicio de la operación del TLC con los Estados Unidos y la discusión en sexto debate del Marco Legal para la Paz. Ante lo primero, la fuerza terrorista creada por el Partido Comunista es la primera opositora y en cuanto a lo segundo, las FARC son las más interesadas y beneficiadas con el esperpento jurídico.
Pero hay un hecho que no deja de inquietar: hace una semana, los Colombianos “por la paz” encendieron las alarmas por un supuesto atentado en marcha contra Piedad Córdoba: sabían cifras y detalles de la presunta acción terrorista que fue puesta en conocimiento de las autoridades. Supongo que se dedicaron enormes recursos financieros, técnicos y humanos para desactivar el plan criminal contra la defenestrada señora Córdoba. No obstante, pasaron las horas y pese al material aportado, no se encontró algo que pudiese indicar la inminencia de un crimen contra la ex senadora liberal.
¿Era el supuesto atentado contra Piedad Córdoba una cortina de humo diseñada y puesta en marcha por las FARC para desviar recursos y personal experto y así abrirle el camino a la jornada de terror que vivió Bogotá el pasado 15 de mayo? Es que resulta curioso, por decir lo menos, que ante semejante situación y con tanta información, no se haya dado con el paradero de los terroristas, ni se hayan encontrado indicios de que la información era real: no hay una sola captura, ni una rueda de prensa con presidente a bordo, informando sobre los avances para neutralizar la amenaza contra Piedad Córdoba.
Ante la jornada de terror, y la proximidad de las alarmas encendidas por el supuesto plan contra Piedad Córdoba, Colombianos “por la paz” están en la obligación de dar a conocer las fuentes que les suministraron los datos y a su vez, difundir los motivos que tuvieron para otorgarles semejante grado de credibilidad, pues tal información podría conducir a los autores intelectuales y materiales del atentado contra Fernando Londoño Hoyos, quienes utilizaron la distracción para ejecutar con mayor tranquilidad el acto terrorista contra el periodista y director de La hora de la verdad… Las FARC están retratadas de cuerpo entero en el terrorismo desplegado el 15 de mayo en Bogotá.
2 comentarios:
MUY INTERESANTE LA INFORMACION, GRACIAS.
MI GRUPO EN FACEBOOK ES "NO AL TERRORISMO" @MACRANTONI.
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