domingo, 27 de mayo de 2012


“¿Callar cuando acusan es heroísmo?”                                    

9 de Abril de 2.012

Meditando al respecto; se puede afirmar: Si es cierta la acusación hay que afrontar ante la Sociedad responsablemente lo que corresponda; pero, si es mentira, no se puede callar y menos ante un contertulio tan ladino y siniestro como el Comunismo que nos acecha en todos los campos, frentes y direcciones.

Su mafia política, jurídica, sindical, académica y de los medios, sumada a los brazos subversivos, narcotraficantes y armados trabajan sincrónicamente, empleando la información programada  para desorientar y manipular la Opinión Pública hacia su conveniencia; desde luego todo ello, obedeciendo a un Plan estratégico que muchos conocemos, pero que por apatía, desinterés ó alguna otra razón queremos ignorar. Y aquí es consecuente afirmar: “Callar debiendo hablar es cobardía”.

Es preocupante ignorar hechos concretos que nos muestran claramente como nos están forzando y comprometiendo con el Socialismo del Siglo XXI:
1.   Con su discurso, desde su posesión el actual Presidente, nos mostró a sus electores que no iba a cumplir sus compromisos de Campaña, en especial lo referente a la Seguridad democrática.
2.   Con las leyes tramitadas en lo referente al manejo de la tierra está  trazado una Política generadora de encrucijadas y engaños que más fácilmente conducen al País a un Guerra Civil que a una convivencia pacífica.
3.   La política del Gobierno, contenida en el Proyecto del marco para la Paz, que ha puesto a liderar al Senador BARRERAS, parece programada para amparar los terroristas, paramilitares y delincuentes; pero nunca para proteger al País honesto y productivo.    No se ocupa siquiera de proteger al país penalizando la participación incógnita de encapuchados en diferentes ambientes y manifestaciones para alterar el Orden Público y para destruir el Patrimonio Nacional
4.   La labor programada, en forma permanente por la izquierda, es estratégica y no puede ser desconocida; ella coincide  y se demuestra con un plan de las FARC, contenido en correos de los computadores del “Mono Jojoy” que fueron judicializados, donde sugiere la institucionalización de la Marcha Patriótica para la construcción de la alternativa política.     En ella tienen participación activa, organizaciones de toda índole: sociales populares y políticas de campesinos, indígenas, estudiantes, trabajadores, barriales, culturales y hasta del gobierno, representados por encapuchados, en-togados y demás infiltrados en los diferentes estamentos del Estado.
5.   Para completar, ya el Señor Presidente acaba de sugerir el vacío que causa la ausencia de Cuba en LA SEXTA CUMBRE DE LAS AMÉRICAS.  Además, jugando con protagónico interés político personal, se propone fungir como el abogado para rogar la incorporación de Cuba a la Organización de países demócratas de América Latina.      ¡¡¡Cuba demócrata, que insensatez!!!.
Concluyendo, hasta aquí, es claro para y hasta donde quiere llevar el Doctor Santos al País.

Todo lo anterior, nos indica que no es conveniente seguir indiferentes y  tolerando éste orden de ideas que pretenden entregar el País a intereses foráneos, ajenos a  nuestra  nacionalidad.

Es innegable que desde hace 60 años,  el Estado ha venido cediendo ante el terrorismo, el narcotráfico y la delincuencia organizada, creando oportunidades en búsqueda infructuosa de la Paz, hasta llegar hoy, al colmo de que las personas que les son proclives a las FARC, pueden hacer lo que quieran y no les sucede nada.

Nuestra historia, en busca infructuosa de la Paz, ya acumula la experimentación de, no menos de 10 acuerdos de paz con los subversivos y hasta generó una Constitución (la de 1.991); en todos los casos el estamento gubernamental les ha dado todas las garantías para que se reintegren a la vida ciudadana. Estas experiencias todas  fallidas, por debilidad del Estado y compromisos entreguistas y apátridas de los Gobiernos de turno.

Llegó la hora de redireccionar el rumbo que lleva el País.  Como colombianos, los electores no solo contamos con el régimen constitucional y debemos exigirle al Gobierno que no se sobrepase en el manejo del Poder en contravía de nuestros deseos, sino que podemos llegar a la desobediencia civil, desajustando los diferentes presupuestos que dan gobernabilidad.

Ojala reflexionemos como una Sociedad culta y reaccionemos oportunamente con una UNIDAD más sólida y dinámica  para ayudar a reorientar nuestros programas de gobierno.      Lo más grave es la silenciosa indiferencia de las Mayorías.     Pido al gran arquitecto, que  no sea demasiado tarde y no nos toque pagar caro por nuestro cobarde silencio.  

Marino Ríos Restrepo         C. de C. 17´109.744

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