martes, 24 de abril de 2012


LA REVOLUCIÓN EN MARCHA
 

Por: Cesar  Castaño*
 
  
 
Con los acontecimientos de los últimos días, queda claro que el modelo de guerra popular prolongada en Colombia está más vivo que nunca, no en vano Marulanda logró sostenerlo por más de medio siglo.
 
 
Martes, 24 de Abril de 2012

 
Siguiendo el esquema de guerra prolongada, las Farc adoptaron la estrategia revolucionaria de Lenin, Mao y del general vietnamita  Vo Nguyen Giap, una trilogía que combina, lo político y lo militar, con especial énfasis en lo primero. La guerrilla entiende que se requiere una integración en esos dos campos para el logro de la insurrección.
 
De acuerdo con Lenin, las Farc saben que "es el Partido el encargado de dirigir el proceso insurreccional". De Mao, hicieron suya la necesidad de movilizar las masas políticamente y lograr dar entidad a ‘la nación en armas’. De Giap reconocen la necesidad táctica de conformar el Ejército del Pueblo, que en palabras del estratega: “es el instrumento de Partido y del estado revolucionario para la realización, bajo la forma armada, de las tareas de la revolución”.
 
Esta combinación ha permitido que la guerra se perpetúe, pues en una equivocada estrategia que por años plantearon distintos gobiernos, se pretendió únicamente avanzar en el campo militar y tratar de obtener una victoria en el corto plazo, mientras la guerrilla se dedicó a no perderla  - aun recibiendo fuertes golpes - con el objeto de desgastar a su adversario en el largo plazo (ver “Una guerra de desgaste” en Semana.com http://alturl.com/xo8v
 
Lo paradójico es que las Fuerzas Militares han ganado muchas batallas, pero la guerra puede perderla el Estado por una tardía comprensión de la misma. Hasta hace muy poco se empezó a reconocer una realidad que era evidente, una frente a la cual el establecimiento fue esquivo por años: la lucha de las Farc es por el poder político y la combinación de todas sus formas, la estrategia.   
 
El intelectual y activista político italiano Antonio Gramsci, (1891-1937), de quien debe hacerse una cuidadosa lectura para comprender fenómenos como el de la “Marcha patriótica”, plantea que la estrategia revolucionaria requiere la construcción de un bloque histórico, en donde los intelectuales orgánicos, respondan a los intereses colectivos, dirijan el proceso y el bloque recién constituido, con el fin de obtener la dirección de la sociedad.
 
Esto lo explica Ginneth Narváez, magíster en historia, quien en una  ponencia presentada en el “VI Seminario Internacional Antonio Gramsci”, llevado a cabo en el Congreso de la República, en octubre de 2011, afirmó: “Hasta hoy, las Farc-Ep, bajo su forma federada, no han logrado consolidarse como bloque, desde una lógica gramsciana, en la medida que han mantenido una distancia con las luchas de las organizaciones populares y de los movimientos sociales. Se han distanciado de las pretensiones y demandas de algunos sectores de la sociedad colombiana y esto ha devenido en una imposibilidad de lograr el consenso que se requiere, para lograr un respaldo a su plataforma política y así mismo, que esta plataforma se traduzca en hechos”.
 
 Concluye entonces la investigadora: “Sería contradictorio que ellas - las Farc - agenciaran un proceso contra-hegemónico, basado en la fuerza de las armas. Se requeriría para lograrlo un proceso de dirección política, moral e intelectual agenciado por los intelectuales orgánicos que guíen el proceso revolucionario”.
 
De igual manera Isaac López, miembro de la comisión política de la Marcha Patriótica, recoge el pensamiento gramnsciano cuando afirma “estamos haciendo un llamado para construir un bloque histórico que se oponga al bloque hegemónico de poder imperante en este momento en el país”.  La idea es conformar un movimiento como espacio de confluencia de muchos sectores.
 
Así mismo López reconoce el carácter bolivariano de la Marcha, cuando confirma su influencia: “La idea es recoger ese proyecto de país propuesto por el Libertador Simón Bolívar, un proyecto que hasta el momento en varios países de América Latina no se ha podido desarrollar completamente, es un proyecto truncado. Es un proyecto con reivindicaciones y objetivos que aún no están terminados” (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=148196)
 
Como van las cosas, el Secretariado de las Farc verá fortalecida su estrategia contando ahora con un poderoso aliado, un movimiento político que desde la legalidad socializará sus propuestas.  Pese al nuevo espacio, Timochenko y su clan saben que el poder nace del fusil y que lo expuesto por Mao en su libro “Problemas de la guerra y la estrategia”, es la premisa fundamental de la lucha que adelantan: “Nuestro principio es: el Partido manda al fusil, y jamás permitiremos que el fusil mande al Partido. Pero también es cierto que, teniendo fusiles, podremos crear organizaciones del Partido”.  Esta lógica seguirá perdurando en las Farc, pues los colombianos tienen claro que las guerrillas no entregarán sus armas y continuarán empleando todo tipo de acciones criminales, aun en medio de acercamientos o diálogos.  

El escenario está servido: diálogos epistolares, pronunciamientos permanentes de la guerrilla,  una silenciosa agenda de paz y la conformación de un movimiento político de izquierda radical. Ahora vendrá, muy seguramente, un trabajo intenso de conciencia ideológica, organización política y de masas del nuevo proyecto, pues esa es la base fundamental del proceso revolucionario. Quizá el mecanismo de presión más empleado será la protesta, pues al fin y al cabo ese derecho es una de las caras de la libertad política en un sistema democrático.  
 
Lo cierto es que todo lo dispuesto en el documento “El pueblo no puede seguir disperso”, emanado por las Farc en el Pleno de 2000, se está cumpliendo. El Movimiento Bolivariano y el Partido Comunista Colombiano Clandestino (PC3) han hecho la tarea pacientemente, la urdimbre está lista y la revolución seguirá su marcha.  
 
 * Columnista Semana.com

No hay comentarios.: