martes, 24 de abril de 2012


LA REVOLUCIÓN EN MARCHA
 

Por: Cesar  Castaño*
 
  
 
Con los acontecimientos de los últimos días, queda claro que el modelo de guerra popular prolongada en Colombia está más vivo que nunca, no en vano Marulanda logró sostenerlo por más de medio siglo.
 
 
Martes, 24 de Abril de 2012

 
Siguiendo el esquema de guerra prolongada, las Farc adoptaron la estrategia revolucionaria de Lenin, Mao y del general vietnamita  Vo Nguyen Giap, una trilogía que combina, lo político y lo militar, con especial énfasis en lo primero. La guerrilla entiende que se requiere una integración en esos dos campos para el logro de la insurrección.
 
De acuerdo con Lenin, las Farc saben que "es el Partido el encargado de dirigir el proceso insurreccional". De Mao, hicieron suya la necesidad de movilizar las masas políticamente y lograr dar entidad a ‘la nación en armas’. De Giap reconocen la necesidad táctica de conformar el Ejército del Pueblo, que en palabras del estratega: “es el instrumento de Partido y del estado revolucionario para la realización, bajo la forma armada, de las tareas de la revolución”.
 
Esta combinación ha permitido que la guerra se perpetúe, pues en una equivocada estrategia que por años plantearon distintos gobiernos, se pretendió únicamente avanzar en el campo militar y tratar de obtener una victoria en el corto plazo, mientras la guerrilla se dedicó a no perderla  - aun recibiendo fuertes golpes - con el objeto de desgastar a su adversario en el largo plazo (ver “Una guerra de desgaste” en Semana.com http://alturl.com/xo8v
 
Lo paradójico es que las Fuerzas Militares han ganado muchas batallas, pero la guerra puede perderla el Estado por una tardía comprensión de la misma. Hasta hace muy poco se empezó a reconocer una realidad que era evidente, una frente a la cual el establecimiento fue esquivo por años: la lucha de las Farc es por el poder político y la combinación de todas sus formas, la estrategia.   
 
El intelectual y activista político italiano Antonio Gramsci, (1891-1937), de quien debe hacerse una cuidadosa lectura para comprender fenómenos como el de la “Marcha patriótica”, plantea que la estrategia revolucionaria requiere la construcción de un bloque histórico, en donde los intelectuales orgánicos, respondan a los intereses colectivos, dirijan el proceso y el bloque recién constituido, con el fin de obtener la dirección de la sociedad.
 
Esto lo explica Ginneth Narváez, magíster en historia, quien en una  ponencia presentada en el “VI Seminario Internacional Antonio Gramsci”, llevado a cabo en el Congreso de la República, en octubre de 2011, afirmó: “Hasta hoy, las Farc-Ep, bajo su forma federada, no han logrado consolidarse como bloque, desde una lógica gramsciana, en la medida que han mantenido una distancia con las luchas de las organizaciones populares y de los movimientos sociales. Se han distanciado de las pretensiones y demandas de algunos sectores de la sociedad colombiana y esto ha devenido en una imposibilidad de lograr el consenso que se requiere, para lograr un respaldo a su plataforma política y así mismo, que esta plataforma se traduzca en hechos”.
 
 Concluye entonces la investigadora: “Sería contradictorio que ellas - las Farc - agenciaran un proceso contra-hegemónico, basado en la fuerza de las armas. Se requeriría para lograrlo un proceso de dirección política, moral e intelectual agenciado por los intelectuales orgánicos que guíen el proceso revolucionario”.
 
De igual manera Isaac López, miembro de la comisión política de la Marcha Patriótica, recoge el pensamiento gramnsciano cuando afirma “estamos haciendo un llamado para construir un bloque histórico que se oponga al bloque hegemónico de poder imperante en este momento en el país”.  La idea es conformar un movimiento como espacio de confluencia de muchos sectores.
 
Así mismo López reconoce el carácter bolivariano de la Marcha, cuando confirma su influencia: “La idea es recoger ese proyecto de país propuesto por el Libertador Simón Bolívar, un proyecto que hasta el momento en varios países de América Latina no se ha podido desarrollar completamente, es un proyecto truncado. Es un proyecto con reivindicaciones y objetivos que aún no están terminados” (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=148196)
 
Como van las cosas, el Secretariado de las Farc verá fortalecida su estrategia contando ahora con un poderoso aliado, un movimiento político que desde la legalidad socializará sus propuestas.  Pese al nuevo espacio, Timochenko y su clan saben que el poder nace del fusil y que lo expuesto por Mao en su libro “Problemas de la guerra y la estrategia”, es la premisa fundamental de la lucha que adelantan: “Nuestro principio es: el Partido manda al fusil, y jamás permitiremos que el fusil mande al Partido. Pero también es cierto que, teniendo fusiles, podremos crear organizaciones del Partido”.  Esta lógica seguirá perdurando en las Farc, pues los colombianos tienen claro que las guerrillas no entregarán sus armas y continuarán empleando todo tipo de acciones criminales, aun en medio de acercamientos o diálogos.  

El escenario está servido: diálogos epistolares, pronunciamientos permanentes de la guerrilla,  una silenciosa agenda de paz y la conformación de un movimiento político de izquierda radical. Ahora vendrá, muy seguramente, un trabajo intenso de conciencia ideológica, organización política y de masas del nuevo proyecto, pues esa es la base fundamental del proceso revolucionario. Quizá el mecanismo de presión más empleado será la protesta, pues al fin y al cabo ese derecho es una de las caras de la libertad política en un sistema democrático.  
 
Lo cierto es que todo lo dispuesto en el documento “El pueblo no puede seguir disperso”, emanado por las Farc en el Pleno de 2000, se está cumpliendo. El Movimiento Bolivariano y el Partido Comunista Colombiano Clandestino (PC3) han hecho la tarea pacientemente, la urdimbre está lista y la revolución seguirá su marcha.  
 
 * Columnista Semana.com

domingo, 22 de abril de 2012

Continúa la injusta justicia produciendo bajas jurídicas en Colombia

   EDITORIAL
SER COMANDANTE:
HONOR INSTITUCIONAL O DESGRACIA JURIDICA

CASO DEL MAYOR MAURICIO ORDONEZ GALINDO COMANDANTE GAULA VALLE

Si en la vida militar existe mayor honor éste lo constituye el ser Comandante, titulo para el cual se prepara desde los primeros años de formación y con el que culmina su carrera. La historia nos presenta las hazañas de  los grandes Comandantes  que se proyectaron como  héroes y líderes inolvidables en el alma y corazón de sus pueblos y en motivo de admiración y estudio para nuestras academias. Los Oficiales y Suboficiales del Ejército de Colombia están preparados para ser Comandantes, pero más aún, ser líderes ejemplares, de carácter, de principios y valores, que toman decisiones con un profundo sentido del HONOR institucional y personal.

Desafortunadamente todas estas virtudes, todos estos años de formación, capacitación y experiencia del Comandante y líder militar son destruidos, ignorados y avasallados por una justicia politizada, ignorante de la guerra que se libra y con una profunda confusión sobre la aplicación del Derecho Internacional Humanitario, las leyes de la guerra, que para la omnipotente justicia ordinaria, simplemente no existen.

El Mayor Mauricio Ordóñez Galindo, Oficial destacado del Ejercito por su desempeño profesional, hoja de vida, logros como Comandante, líder en el campo de combate y merecedor de honores que la Institución le otorga a sus mejores hombres, para el año 2007 se desempeñaba como Comandante del GAULA VALLE, cuando en cumplimiento de sus responsabilidades ordenó la ejecución de una operación militar, que los llevó a él  y todos sus hombres a una condena de 46 años de cárcel, en una decisión jurídica de aberrante desconocimiento de la ley, sevicia inaudita e injusticia aterradora.

Con las sentencias de primera y segunda instancia en la mano y para no correr el riesgo del sesgo que estamos destacando, presentamos los hechos que allí se consignan para que lectores civiles y militares lleguen a sus propias conclusiones:
-         La operación militar de registro y control militar de área se realizó con base a información recibida en el Gaula y verificada con la inteligencia militar disponible en el escalón superior.
-         La orden de operaciones escrita se elaboró con el cumplimiento de todos los requisitos que hoy en día exigen las normas, instrucciones y reglamentos vigentes, inclusive la revisión de la misma por parte de la oficina Derechos Humanos.
-         La patrulla se desplazó al mando de un Capitán alcanzando el objetivo (mina de carbón) en horas de la noche.
-         Estando en el dispositivo y coincidente con la información llegaron cuatro hombres armados, se presentó el combate los cuatro antisociales reaccionaron, hicieron uso de sus armas y fueron dados de baja. Medicina legal les encontró uso de cocaína y alcohol.
-         El Capitán inmediatamente llamó al Mayor y le informó del resultado y este, a su vez, comunicó el hecho a la fiscalía y solicito la presencia del CTI en el lugar del combate. 
-         Simultáneamente el CTI y el Mayor Ordóñez se hicieron presentes en el sitio del combate aproximadamente a las dos horas de los hechos, entre once o doce de la noche.

En términos generales estos son los hechos que se presentaron en cumplimiento de la orden y en desarrollo de la operación militar del Gaula. Pero, indiscutiblemente, es importante conocer los argumentos y conclusiones de las sentencias  de primera y segunda instancia que justifican la impensada e inesperada decisión jurídica de la condena.

-         Concluyen que la orden de operaciones es ilegitima, porque en cumplimiento de la misma se llegó a la baja (asesinato según fiscalía y juez) de cuatro sujetos, a pesar que la misma se elaboró cumpliendo las normas establecidas e incluyendo todas las instrucciones ordenadas y exigidas en respeto de los DD.HH. y el DIH. La orden fue legítimamente elaborada  pero la declaran ilegitima por el resultado de la misma.    
-         Concluyen que el uso de gastos reservados y pago de recompensas es una muestra de que a los acusados los animaba y actuaron con interés económico, valiéndose de informantes falsos para cobrar las sumas canceladas. (Para el caso el Gaula utilizó el rubro de gastos reservados y la Regional de Inteligencia el pago de recompensas).   
-         Una de las conclusiones más contundentes es el hecho de que la patrulla no llevó a la operación de registro y control militar de área al fiscal asignado al Gaula.
-         Concluyen que no hubo combate y que los cuatro individuos fueron ejecutados por la patrulla. Que lo que se presentó fue una confabulación para la simulación del mismo.
-         El numero telefónico de la línea del Gaula para atención al público, lo adjudican malévolamente como personal del Mayor, para poder demostrar que hubo un montaje por llamadas recibidas.
-         Concluyen que hubo dolo con el agravante que conocían con anterioridad el estado de indefensión de las victimas, que hubo desproporcionalidad por las armas que se utilizaron y porque cada uno de los integrantes de la patrulla tomó posición y ejecutó una labor dentro de lo planeado criminalmente. Además, señalan que la actividad desplegada por los militares no guarda relación con los principios que ciñen las reglas del combate (?), como son la necesidad, excepcionalidad y proporcionalidad.  
-         Un perito del CTI hace el análisis del combate, ubicación y actuación de cada miembro de la patrulla y llega a sus acomodadas y sapientes conclusiones.
-         Se presentó la manipulación descarada de testigos, que después desaparecieron con el argumento de ser testigos protegidos.
-         Concluyen que se alteró la escena, porque los cuerpos se movieron. El Capitán declara que él ordeno al enfermero de combate constatar la situación médica y separar el arma del alcance de cada uno de los sujetos, mínima medida de verificación de si había algún herido para prestarle la atención requerida y de seguridad para prevenir reacciones.
-         El Mayor Mauricio Ordóñez Galindo no estuvo en el sitio del combate, lo condenan como DETERMINADOR por ser el Comandante, por haber emitido la orden (legitima) y, supuestamente, por haber planeado y acordado con la patrulla el montaje del combate. Se aplica la famosa teoría de Roxin y por lo tanto la patrulla conformó una EMPRESA CRIMINAL.
-         Entre las injustas condenas encontramos miembros de la patrulla que no participaron directamente en el combate por la ubicación que le fue asignada, que no dispararon su arma y que recibieron la pena de 46 años.

La interpretación de este corto resumen es de cada uno de los amables lectores y ésta nos lleva a concluir que si realmente hubo un montaje, que si los sujetos fueron asesinados como lo sostienen la Fiscalía y el juzgado, la simple condición humana haría que ante la injusta y extrema condena de 46 años de cárcel al menos uno de los integrantes de la patrulla hablaría y contaría la supuesta verdad a nuestra omnipotente justicia. Regularmente las sentencias de segunda instancia se demoran uno o dos años, en el presente caso con una vertiginosa y sospechosa velocidad el Tribunal se tomó escasos dos meses. NINGUNA DUDA, EL MENSAJE ES DIRECTO, EL OBJETIVO DE LA POLITIZADA JUSTICIA ES CONDENAR A NUESTROS LIDERES Y COMANDANTES.



      


miércoles, 18 de abril de 2012

Alerta ingenuos amantes de las libertades

N de la R. En este escrito de Eduardo Mackenzie, con sencillez se explica para dónde va el movimiento bolivariano de las farc y todos los intelectuales que están en consonancia con su ideología que no es otra que la de "la dictadura del proletariado". Amigo empresario, amigo clase media, amigo librepensante, amigo que tiene algo que perder: si no quieres abandonar tu hermoso país y ser condenado al ostracismo e irte a vivir a Miami como miles de cubanos y de venezolanos  que les faltó pantalones para defender su democracia, toma atenta nota de este artículo que debería convertirse en nuestra doctrina democrática-liberal y luchar con ella para defender nuestra patria del totalitarismo comunista. Es en serio. El plan estratégico de las farc es en serio. Y lo están cumpliendo. Como decía Mao: "El tiempo para la revolución no existe". Los comunistas que ya se apropiaron de la bandera de los derechos humanos y saben usar con inteligencia y planeamiento las facilidades de la democracia, poco a poco nos están clavando. Dentro de poco como van las cosas elegiremos un mamerto de Presidente de Colombia y será otro Chavez y otro Fidel en el poder por los siglos de los siglos.



¿Diagnósticos errados sobre las Farc?



Eduardo Mackenzie


Por Eduardo Mackenzie
11 de abril de 2012

Cuidémonos de darle peso excesivo a ciertos diagnósticos sobre el estado de las Farc. La frase “las Farc están debilitadas y reducidas”, o su variante “las Farc no están derrotadas, pero sí debilitadas”, alcanza hoy el rango de categoría política intocable. Y todo el mundo debe estar tranquilo tras oír eso. Con esa expresión comienza y culmina el análisis de ciertos especialistas y hasta de los voceros del gobierno y de algunos jefes militares. Tal diagnóstico cobra fuerza, sobre todo, después de cada golpe contra ellas, como los ocurridos en Arauca y Meta, en marzo pasado, donde hubo casi 70 guerrilleros abatidos, y tras la puesta en libertad, sin contraprestación evidente, de los últimos 10 uniformados que tenía ese movimiento armado.

Sin embargo, un éxito militar de hoy contra la guerrilla puede ocultar una derrota política futura del Estado.

El análisis sobre la seguridad nacional no debe partir de la situación física y psicológica de la guerrilla. Debe comenzar, por el contrario, con un diagnóstico lo más exacto posible sobre la capacidad de lucha, militar, intelectual y política, del Estado que hace frente a ese difícil adversario. Lo fundamental es saber cómo está el Gobierno, el Ejército, la Justicia y, sobre todo, si hay unidad entre éstos y la sociedad civil en la lucha contra el proyecto y las acciones del terrorismo. Ese es, quizás, el buen enfoque.

¿Cuál es el análisis que hace el Gobierno en estos días? Que todo va muy bien.
Sin embargo, eso podría ser sólo un espejismo. ¿De qué sirve saber que las Farc “están debilitadas y reducidas” si lo que sigue, tras esa constatación, es que el Gobierno estima que es necesario negociar con ellas? ¿De qué sirve saber que la guerrilla está “aislada” si los medios envían a la población un mensaje peor aún: que hay que ceder pues la victoria militar contra ella “no es posible”?

Si el Gobierno se muestra confuso y vacilante sobre lo que debe hacer en el terreno político luego de propinarle golpes al terrorismo, dando a entender que podría dialogar si ellos dejan de secuestrar, o de reclutar niños (como si ese viraje fuera posible), y si precisa que podría negociar (“personalmente”, es decir en secreto y a espaldas de todo el mundo), el panorama del fin de conflicto no es claro.

Sobre todo si el Gobierno, tras verificar que la guerrilla está menguada, hace lo indispensable para cambiar la Constitución para que, mediante la llamada “justicia transicional”, los jefes terroristas, en últimas, tras la supuesta “negociación”, no sean castigados sino premiados, y para que  las víctimas de éstos no sean reconocidas sino ignoradas. ¿Qué habremos ganado si los que buscan encarcelar a los militares y a otros servidores de la Patria, en lugar de protegerlos y honrarlos, son los nuevos orientadores del Gobierno?

La cosa, entonces, va mal, a pesar de los aparentes descalabros del terrorismo.

En otras palabras, si la actividad militar, aún la más exitosa y heroica, no va acompañada de una postura política firme, a corto, mediano y largo plazo, de desmantelamiento militar y político efectivo del terrorismo, no sólo de su capacidad ofensiva, sino de su “filosofía” social, el país va en la dirección errada: avanza, es cierto, pero hacia la derrota, no hacia el triunfo de la libertad sobre la violencia.




Piedad Córdoba, alias Teodora de Bolívar,  con los cabecillas de las Farc, en Venezuela

El combate que hace la guerrilla contra el Estado democrático no es una guerra ordinaria, es una guerra total y sobre todo política. Esta consiste en algo muy simple: la guerrilla mata, destruye, corrompe y hasta pierde en el terreno militar, pero gana, al final, en el terreno político, gracias a la llamada “salida negociada”.

La guerrilla es algo muy particular. Tiene un doble carácter que se mantiene oculto: ella siempre es débil y siempre es fuerte. Es débil ante a un Estado democrático, único actor legítimo, y es fuerte pues dispone de aliados extranjeros y porque logra convencer a su adversario de que su legitimidad es dudosa. Éste debe, en consecuencia, rendirse políticamente, incluso tras años de violentos combates.

La guerrilla es fuerte porque su debilidad militar no es el factor central. Es fuerte pues pretende tener un punto de vista político y moral “superior”. ¿Por qué? Porque el Estado que reprime la violencia comunista, dice, no es democrático sino “fascista”. Convencer a su adversario de esa impostura es el arma más letal y más secreta de todas las direcciones comunistas que en el mundo han sido.

El Estado que no se protege contra esa labor insidiosa, política y psicológica a la vez, termina vencido. Por eso no existe guerrilla comunista sin aparatos de propaganda, sin agentes de influencia, sin infiltraciones calculadas y a largo plazo, y sin agitadores que mienten y aparentan no compartir aquellos objetivos ni aquellos métodos. En esas condiciones, cuando una guerrilla gana (fenómeno muy raro en la historia) no es por sus acciones armadas, sino por el empuje de su falsa dialéctica dentro de la sociedad abierta.

La lucha ideológica, política, intelectual y filosófica contra la subversión armada comunista es, pues, un factor decisivo. La sola acción militar no basta para derrotarla. Es lo que creía Chan Kai-chek cuando luchaba contra Mao. Es lo que creía Batista cuando combatía a Fidel Castro.

Si por ceguera, cobardía o complicidad, esa lucha ideológica, política e intelectual no la hace el Estado, las libertades no tienen futuro. En esas circunstancias, no le queda más remedio a la sociedad civil que apersonarse de eso. Es lo que está ocurriendo en Colombia. La batalla intelectual, filosófica y cultural en defensa de la democracia está hoy en manos de un puñado de políticos, intelectuales y periodistas abnegados, que deben abrirse paso no sólo contra los aparatos bien financiados de la subversión, enquistados en puntos claves de la sociedad, sino contra la hostilidad del gobierno, que llegó a acusarlos, por puro atraso, de ser una “mano negra”. La lucha es también contra la misma justicia, que los amenaza con procesos absurdos y que hasta ha pedido la censura para algunos de ellos.

Cuando el combate político del campo democrático da pasos para organizarse y extenderse a nivel del continente, la subversión armada deviene histérica: hace unos días, la prensa chavista de Venezuela saltó como una cabra para estigmatizar al ex presidente Álvaro Uribe y la Fundación Internacionalismo Democrático. Chávez ve en ello una amenaza contra él y contra los supuestos “gobiernos progresistas” de la región. Ellos son más conscientes que otros que la información y el combate ideológico es principalísimo. Veremos algo más de eso, con gesticulaciones ridículas, en la VI Cumbre de las Américas, el 14 y 15 de abril próximo en Cartagena, pues el “movimiento bolivariano”  piensa transformarla en tribuna para agitar sus tesis.



martes, 17 de abril de 2012

La diplomacia del apaciguamiento del gobierno Santos

La silla vacía


Raúl Lombana Hernández
Desde El Caribe Manifiesto, abril 14 de 2012

La no asistencia de Chávez a la cumbre de las Américas que se celebra en Cartagena – Colombia ratifica el fracaso en que se convirtió el viaje intempestivo que hizo el presidente Santos a Cuba con el propósito de sofocar el conato de saboteo a dicha cumbre por parte de los países miembros del Alba.
El polémico viaje hecho por el mandatario colombiano a La Habana fue ocasionado por el fracaso de la canciller colombiana, María Ángela Holguín, en convencer a algunos miembros del Alba en especial a Venezuela, Ecuador y Nicaragua de que asistieran a la Cumbre de las Américas.

El viaje, sin lugar a dudas, se convirtió en un evento bochornoso para Colombia, debido a que los que han sido considerados por Santos como sus mejores amigos le tendieron una trampa al exigir que Cuba fuera invitada a la cumbre so pena de que el bloque del Alba no asistiría. Al final, los tres mandatarios le aguaron la fiesta y echaron al tinaco de la basura los esfuerzos de Santos y su canciller por graduar al presidente colombiano en mediador de grandes ligas.

Ahora bien, comparar la no asistencia a la cumbre de los tres más representativos miembros del grupo del Alba como son, Venezuela, Ecuador y Nicaragua, con la silla vacía del fallido proceso de paz de Pastrana con las FARC puede parecer demasiado exagerado o un exabrupto, pero lo vivido en Cartagena puede ser una copia al carbón de lo que sucedió en el Caguán cuando alias Tirofijo, en un aire de soberbia, dejó literalmente plantado al expresidente Pastrana en la instalación de los fallidos diálogos de paz.

El desaire de Chávez, por decirlo de alguna manera, puede ser considerado un acto de soberbia en contra del mandatario colombiano. La renuencia a asistir a la cumbre por el simple capricho de que Cuba también debería ser invitada, muy a pesar de que en la cumbre previa a la que se realiza en Cartagena se había dejado constancia de la no participación de países que violen la Carta Democrática Interamericana, es una falacia argumentativa del gobernante venezolano. Peor aún, una cortina de humo para no responder ante la cumbre por sus desafueros en contra de la democracia venezolana.

No se puede ocultar que para Santos, el restablecimiento de las relaciones con Venezuela, que a la luz de la verdad fueron rotas de manera unilateral por el propio Chávez, se convirtió en su caballito de batalla para marcar, según él y sus más cercanos aduladores, distancia de la política exterior del gobierno de Uribe. Con bombos y platillos se celebró el supuesto restablecimiento de las relaciones con el vecino país. Para los más cercanos analistas del gobierno esto fue considerado como un rotundo éxito de Santos, Aún más, en el frenesí de tal logro, algunos contemplaron la posibilidad de postular al presidente colombiano al premio nobel de Paz. Peor aún, para algunos Santos se había convertido en el mediador de talla internacional que podría lograr la paz entre Israel y Palestina, hasta el punto de que su gobierno a través de la cancillería hizo un periplo por el medio oriente con ese loable propósito.

Dicho de otra manera, para el sequito de aduladores de Santos, el restablecimiento de las relaciones con Venezuela lo asemejaron a un proceso de paz entre los dos países. El gobierno, al igual que lo planteado en el entuerto que radicó en el congreso como Justicia Transicional, con un simple apretón de manos entre los dos mandatarios olvidó los agravios y amenazas a que fueron sometidos Colombia y el expresidente Uribe por parte del gobierno venezolano. 

Poco le ha importado las acciones previas y posteriores que viene acometiendo el gobernante vecino en contra de los empresarios colombianos y del país mismo.
En la firma del proceso de paz entre Colombia y Venezuela, como lo consideran los cercanos a Santos, no les importaron las causas que llevaron a la ruptura de las relaciones entre los dos países. Peor aún, a pesar de que todavía persisten esas causas, como es la presencia descarada de las FARC en Venezuela con la anuencia de Chávez, han guardado silencio cómplice. En aras, según ellos, de preservar la paz entre las dos naciones han decidido hacerse de la vista gorda y han permitido que las FARC se fortalezcan usando como retaguardia al vecino país.

Por mucho que se esfuerce el presidente Santos por intentar pasar a la historia como un mediador internacional y cuyo logro para mostrar parece ser el restablecimiento de las relaciones con los gobiernos hostiles a Colombia, está muy lejos de lograrlo. La reciente bofetada diplomática que recibió por parte de esos mismos gobiernos ante los cuales postró e hincó la soberanía nacional es una advertencia del rumbo errado en los procesos de paz que cree el gobierno Santos está preparado para llevar a cabo.

Por último, lo que está pasando con algunos países del Alba son bobadas de lo que podría pasar en Colombia por su empecinamiento en querer perdonar a los cabecillas de las FARC a cambio de nada y en detrimento de las víctimas de esa estructura narcoterrorista.


*Reflexiones de un colombiano del común. dcaribemanifiesto@hotmail.com

viernes, 13 de abril de 2012

Editorial de la Semana

Editorial
LA INSENSATEZ DE LAS FARC

Centro colombiano de pensamiento político-militar

Después de haber convivido tantos años con el infructuoso discurso de las FARC, llegamos a la conclusión que si los ideales revolucionarios no se cristalizan en un corto tiempo, se convierten en amagos sosos y poco creíbles de transformación social. En ese triste estadio están las FARC. La larga vida del monte las ha hecho perder perspectiva y su vigencia caducó por provenir de engaños, artimañas y mentiras. El narcotráfico y el secuestro les arrebataron los ideales revolucionarios y los puso netamente en el terreno de delincuentes, desde las épocas del Caguán perdieron la oportunidad de haberse reintegrado a la sociedad civil, donde hubieran podido tener mejores oportunidades de cambio, su arcaico discurso de la lucha de clases perdió vigencia, y con él la oportunidad de haberse convertido en una alternativa de poder.

Cuando Timochenko habla - como lo hicieron sus antecesores- sus palabras no resuenan. ¡No hay empobrecimiento más desolador que enhebrar fonemas que no interpelan ni convocan, ni entrelazan sentidos, ni deseos, ni ideales, ni sueños ni proyectos significativos para el crecimiento humano, porque adolecen de auténtica credibilidad, que  en últimas, es la única arma contundente para sintonizar los corazones para una esperanzadora convivencia! ¿Qué habría que creerles a las FARC si se evidencia a diario que perdieron su razón de ser?

Sin embargo, las FARC creen obstinadamente en su impacto y relevancia por el ruido de sus detonaciones, por la destrucción de los espacios, de las familias, de la armonía dentro de la sociedad. La violencia que ellos prodigan- así como aquella proveniente de otros grupos armados al margen de la ley, dentro de ella cuando se acomoda para la conveniencia particular o colectiva- acaba por desgastarse como propuesta porque los escombros producidos por el mal entenebrecen el espíritu humano, ensombrecen su recto actuar y desdibujan los horizontes de sentido verdaderamente liberadores.

Sólo la palabra bien intencionada y respaldada con acciones, como expresión de la humana inteligencia y las profundas convicciones afincadas en valores y principios, enriquece y propulsa el progreso de los pueblos. Sólo la palabra bien intencionada, humaniza los espacios, suaviza los encuentros, articula las vivencias, busca sintonías, sana las heridas y lleva a senderos de reconciliación. Desde hace muchos años las FARC perdieron ese norte.

Hoy sentimos profunda compasión  y repulsión por quienes han optado por una lucha revolucionaria, equivocada de principio a fin, que no ha tenido logros sino fracasos, avances sino retrocesos, posicionamientos sociales sino desprecio colectivo por haber prostituido su esencia y el verdadero sentido de una revolución, que no puede estar lejos de los procesos educativos, de la construcción mancomunada, del amor comprometido e incondicional por una causa limpia, de la construcción de puentes de solidaridad y de hermandad, sin reventar violentamente el orden en el que la más inmensa mayoría cree y respalda.

Sentimos profunda compasión por esa juventud perdida en medio de una selva sorda a las necesidades humanas y sórdidas por sus pretensiones. Sentimos profunda compasión por ese espejismo ideológico que se enredó con el rastrero narcotráfico, cuyos agentes sedientos de reconocimiento social se deslumbran ante los juegos de poder que les otorga el efímero dinero, y que, en últimas, los embucha de brutalidad. ¡Qué verborrea disonante y engañosa la de estas débiles alianzas de bajo mundo! Ninguna revolución prospera si se persigue la riqueza de unos pocos sacrificando los derechos fundamentales de las mayorías; si se validan los caprichos de un jefe perturbado por el poder, haciendo caso omiso de las necesidades de las masas; si se utiliza la violencia como arma silenciadora sobre el decoroso diálogo como camino certero que valida la fuerza revolucionaria de la verdad construida entre las partes, la equidad y la justicia de los sensatos, la consensuada paz y las oportunidades reales e inequívocas para todos los seres humanos.

Los colombianos esperamos que ante los nuevos vientos de un proceso de paz, la sociedad y las instituciones entiendan que resultaría inmoral hacer concesiones generosas a quienes desangraron infructuosamente al país durante más de dos generaciones. A no ser que los áulicos que defienden a estos grupos, y que increíblemente existen en las instituciones y la sociedad civil, pretendan darles  un inmerecido premio como pago a sus horrendos crímenes;  y en aras de la anhelada paz les prodiguen concesiones inadmisibles, que ahonden mayores heridas en la ya sufrida sociedad colombiana.

A las FARC y el ELN nos les queda otro camino diferente a la desmovilización, y buscar aquello que hace tiempo perdieron, su rumbo  y sensatez.

Bogotá, DC, 13 de Abril de 2012