Por: MG Javier Arias Vivas
Dos hechos de importancia nacional e internacional saltaron a la agenda política y de opinión pública en la última semana del mes de Octubre. El primer acontecimiento, fue la destitución de 27 miembros del Ejército entre ellos 3 Generales y el segundo, las declaraciones del presidente Álvaro Uribe desde San Salvador en contra de la IV División del Ejército y en el marco de la reunión de Jefes de Estado de los países de Iberoamerica.
La baja del servicio activo de los Generales José Joaquín Cortes, Comandante de la Segunda División del Ejercito, Roberto Pico Hernández, Comandante de la VII División y de Paulino Coronado Comandante de la Brigada 30 y de 17 Oficiales y 7 Suboficiales en apresurada rueda de prensa del Miércoles 29 de Octubre, causó desconcierto y preocupación en el pueblo colombiano y particularmente en las filas de los Oficiales y Suboficiales del Servicio Activo y de la Reserva.
A estos eventos de separación de Oficiales y suboficiales por “serios indicios de negligencia del mando en deferentes niveles…así como una inexcusable falta de diligencia del mando en la investigación rigurosa de presuntos casos irregulares en su jurisdicción” pudo “ facilitar alianza entre miembros del Ejercito y delincuentes externos que gozaban de impunidad a cambio de contribuir al logro de resultados irregulares que van en total contravía de la Política de Seguridad Democrática y de la Doctrina y del Honor militar”, se suma la “ dura advertencia del Presidente Uribe a los Militares del Meta” hecha desde El Salvador, en la cual manifestó: “ En este momento hay narcotraficantes que no hemos podido capturar, como “cuchillo” y el “loco” Barrera. Voy a preguntar: ¿Vamos a ser capaces de capturarlos o no? Y voy a preguntar especialmente a la División del Ejercito en Villavicencio si es capaz de capturar al “loco” Barrera o si es que lo esta protegiendo”[1].
Estas duras acciones protagonizadas por el Señor Presidente de la Republica, el Ministro de Defensa Nacional y el Comandante General de las Fuerzas Militares tuvieron como objetivo enviar el mensaje a la comunidad nacional e internacional y a los mismos servidores públicos que la Política de Seguridad Democrática es respetuosa y transparente en el tema de los Derechos Humanos y que hay tolerancia cero para los miembros de las Fuerzas Armadas que intenten con operaciones irregulares y no claras violar la Ley para obtener prebendas. Sin embargo, estos pronunciamientos públicos del Primer Mandatario de la Nación no han sido de buen recibo en un amplio sector de la población vinculada a la seguridad y a la defensa especialmente por la forma desconsiderada, altisonante, pública y sin la suficiente información como se hicieron.
El Presidente Uribe que en pocos meses “dejó a las FARC en estado de coma”[2], ahora le corresponde lidiar con duros escenarios políticos y jurídicos imprevisibles al comienzo de su segundo mandato presidencial. En primer lugar, “los falsos positivos”, verdad o mentira, ahí están a la orden del día en la tinta de los principales columnistas de los diarios del país con réplicas en los escritos de los principales periódicos del mundo. En segundo término, de la mano de los falsos positivos van las “ejecuciones extrajudiciales” que si se tornan recurrentes harán parte de la Jurisdicción Penal Internacional, según lo expresó públicamente el Fiscal General de la Nación. Tercero, los desaparecidos de Soacha encontrados muertos en Ocaña. Por ultimo, la movilización de masas como la huelga de ASONAL judicial que paralizo la justicia colombiana, el paro de los corteros de caña, las marchas indígenas que exigen tierras y reclaman aclaración de violaciones a los derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas.
Ante este panorama y ante las 760 investigaciones que lleva a cabo la Fiscalia contra algunos militares y policías por violación de los Derechos Humanos según lo informan los periódicos nacionales y ante los indicios de algunas responsabilidades de mandos medios y subalternos con falsos positivos la verdad es que al Señor Presidente de la república y a su Ministro de Defensa (posible candidato presidencial para el próximo periodo), no les ha quedado otra alternativa que reconocer y decidir frente a la opinión publica acciones contundentes para tratar de mantener la imagen y la de su política de seguridad democrática alejada de los cuestionamientos sobre violación de los derechos humanos.
Parte de lo anterior y coincidiendo con el Doctor Plinio Apuleyo Mendoza, obedece también, a la nueva estrategia de las FARC direccionada por Alfonso Cano, cabecilla de este grupo terrorista quien “se ha apresurado a mover soterrados aliados políticos y personajes afines a su ideología…”[3] .
Sin embargo estos procederes del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas han causado inquietud en el estamento militar que no entiende este comportamiento después de las actuaciones de un ejercito victorioso entregado a la lucha contra los terroristas y que ha reportado operaciones exitosas especialmente en el año 2008 y por ello, se ha constituido en el eje central de la imagen positiva del Presidente Uribe entre los colombianos desde el 2002.
Si bien es cierto que la Ley autoriza la Decisión Discrecional para que el Alto Mando Militar desvincule del servicio activo sin previa investigación y sin dar explicaciones a Oficiales y suboficiales que violen el Código Disciplinario, también lo es, que en este caso particular de la baja de los 3 Generales, 17 Oficiales y 7 Suboficiales debería informarse a la opinión publica, caso por caso cual fue la real motivación para esta medida extrema disciplinaria. Porque en el contexto de la opinión publica nacional e internacional quedó la sensación que todos fueron separados por el caso de los desaparecidos en Soacha, encontrados muertos en la región del Catatumbo. Y no hay explicación por ejemplo, para la pregunta de qué tiene que ver el Comandante de la VII División con jurisdicción en Antioquia con los desaparecidos de Soacha encontrados muertos en Ocaña, siendo áreas de responsabilidad tan distantes y tan distintas.
Otro duro golpe de opinión fué el relacionado con el cuestionamiento a la IV División del Ejercito por no capturar a los delincuentes alias “cuchillo” reconocido cabecilla paramilitar de la región Meta-Guaviare y al narcotraficante apodado el loco Barrera. Duro, porque fue hecho desde un escenario internacional de gran audiencia como la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado que se encontraba reunida en San Salvador. Al respecto, cabe señalar que la jurisdicción de la IV División tiene una extensión de 406.509 kilómetros cuadrados en la cual cabe 20 veces la Republica de El Salvador y 10 veces la antigua zona de distensión. En esta inmensidad de territorio con llanuras, selvas y ríos, es fácil para cualquier delincuente burlar la acción de las autoridades, también, si se tiene en cuenta que la proporción de control territorial es de un soldado por cada 20 kilómetros cuadrados.
Si la duda expresada por el Señor Presidente de la republica ante los medios de comunicación internacionales, acerca de la IV División, fue por la infiltración de información hacia el delincuente alias “cuchillo” para alertarlo de una incursión ultrasecreta desde Bogota a bordo de Helicópteros UH-60, según lo que informó el periódico El Tiempo del Domingo 2 de Noviembre de 2008, pagina 1-9, se puede decir que los únicos medios disponibles capaces de detectar naves en vuelo, son los radares de los principales aeropuertos del área de ingerencia; y la IV División hasta donde se conoce carece de estos elementos de control aéreo. Por lo tanto seria interesante conocer otros elementos adicionales que indiquen que la IV División esta protegiendo a delincuentes del Llano pese a los excelentes resultados operacionales que esta unidad ha mostrado en el objetivo de neutralizar estas organizaciones narco terroristas.
Por lo anteriormente expuesto, surgen las siguientes preguntas:
· Es consecuente que se involucre y se condene empleando los medios de comunicación nacionales e internacionales a miembros del ejercito por violación de los derechos humanos sin que haya de por medio una investigación administrativa o disciplinaria y se conozcan sus resultados?
· Hay conciencia que la presión que ejercen las ONGs y la prensa sobre las Fuerzas Armadas obedece a parámetros de la Guerra Política y Jurídica. ¿Qué está haciendo el gobierno y qué estamos haciendo nosotros mismos para salir bien librados de esta agresión nacional e internacional?.
· Se tendrá la esperanza, que el Señor Presidente muestre un poco de consideración y agradecimiento con los Generales y Comandantes, al evitar los regaños, cuestionamientos y sanciones usando los medios de comunicación a pesar del sacrificio y el trabajo sin descanso de estos servidores de la patria?
Bogota, 3 de Noviembre de 2008
[1] El Tiempo. Periódico. Viernes 31 de Octubre de 2008. Pág.1-4. Bogota.
[2] Vargas Mauricio. En: ¿Perdió el Presidente la brújula?. Periódico El Tiempo. Lunes 27 de Octubre de 2008. Pág. 1-15. Bogota.
[3] Apuleyo Mendoza Plinio. En: La nueva estrategia de las FARC. Periódico El Tiempo del 31 de Octubre de 2008. Pág.1-27. Bogotá.
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