sábado, 2 de febrero de 2008

El compromiso de las FARC



Por Adolfo Clavijo


Antes de realizarse, la marcha del 4 de febrero ya dio frutos. Políticamente hablando, desnudó matices, inclinaciones y ambiciones de poder de algunos compatriotas que muestran tendencias y comportamientos que van en la dirección que mantiene vivo el conflicto. Es decir, la idea de la marcha permitió revelar, quizás por primera vez, que la terquedad de las Farc a no salirse del camino de la criminalidad se debe más a los respaldos y apoyos que recibe que a su poder bélico, que, entre otras cosas, está muy mermado.

La inmensa mayoría de colombianos repudia a las Farc y no quiere verlas más en el panorama nacional. Bien por ellos. Pero hay otros que individual y colectivamente apuntan a sostenerlas. Lo hacen, muy poco por simpatía, y más porque ven a través de ellas, en una forma u otra, una oportunidad de acariciar el poder. Esos ‘amores’ crean en las Farc (y también en el Eln), un compromiso ineludible de seguir en lo suyo para no defraudar el respaldo. El 100% de ese compromiso se reparte en la forma porcentual que se explica a continuación, aunque el valor cambia sustancialmente de acuerdo con las coyunturas.

El Partido Comunista Colombiano no oculta ser partidario de las Farc, y hubiese compartido el poder con ellas, si ellas lo hubiesen logrado; las apoyan sutilmente. Su proceder lo afirma. Este apoyo se convierte en un gran aliciente para las guerrillas; las incentiva a seguir en su tónica de violencia y configura el 8% del compromiso de no desprenderse de su intención de cambiar el destino democrático del país.

El Polo Democrático es partidario de las Farc (y en parte del Eln) pero trata de disimularlo (aunque no convence). Indirectamente las respalda porque considera que la existencia de las guerrillas debilita a la derecha, lo cual les despeja la vía para llegar al poder en 2010 ó 2014. La posición del Polo motiva a las Farc y hace parte del 7% del compromiso que las lleva a continuar alzadas en armas.

Algunos miembros de partidos políticos tradicionales o ‘de derecha’ que militan en ellos, pero que han forjado su futuro político en el triunfo de las Farc o el Eln, buscan intermediar entre las guerrillas y el gobierno en acuerdos humanitarios o procesos de paz, para hacerlo con sesgo. Sus gestiones y su postura alientan el accionar terrorista de las guerrillas y le suman un 5% al compromiso de hacerse los sordos ante propuestas de paz.

Las organizaciones no gubernamentales que se exhiben como benévolas defensoras de los derechos humanos pero lo que hacen es darle una manita a la violencia física de los grupos armados de izquierda con las “otras formas de lucha” (guerra política y guerra jurídica); carcomen la institucionalidad y conforman el mayor acicate para las guerrillas porque les hacen el trabajo que ellas no pueden hacer. Su peso en el compromiso de la Farc y el Eln de no ceder en su estúpida lucha es del 35%.

Los columnistas de izquierda, que si bien no halagan a las guerrillas sí les colaboran cuando arremeten con saña contra quienes ellas consideran como sus enemigos naturales. Es un apoyo velado que la subversión armada aprecia mucho y lo toma con un valor agregado del 3% del compromiso de no abandonar su línea de terrorismo.

Algunos columnistas y determinados políticos que muestran odio visceral hacia el gobernante de turno y lo embisten con fiereza, actitud que las guerrillas saben agradecer y tomar como un valioso aporte a su ‘empresa’. Esta conducta ayuda con un 2% al compromiso de las Farc.

El ‘respeto’ del Presidente Chávez por la causa guerrillera colombiana tuvo que haberles inflado el ego a las Farc y al Eln, que ya lo traían crecido por la ‘admiración’ del comunismo internacional y ciertas organizaciones europeas. Estos ‘guiños amigables’ representan un 35% del compromiso de las guerrillas de seguir envalentonadas.

El 5% restante de ese compromiso lo acoplan la indecisión de algunos en la posición que deben tomar frente a los grupos armados, la manipulación de que son objeto otros, y los errores crasos de tipo oficial que se cometen cuando se obra sin análisis ni planeamiento.

La placa de rayos X que se acaba de describir muestra cómo el comunismo tiene erosionada la estructura política del país y no la deja recuperarse. Dios quiera que la marcha del próximo 4 de febrero, a pesar de las zancadillas que han pretendido ponerle, siga surtiendo efectos positivos.

Bogotá, D.C. febrero 1 de 2008

1 comentario:

TERRITORIO Y PODER dijo...

Mi General: es un excelente analisis de la manera como nosotros mismos estamos ayudando con nuestra indiferencia a la supervivencia de estos terroristas de las FARC. Tenemos que salir el proximo Lunes a marchar en contra de las FARC con todo nuestro coraje y determinacion.Mi Genmertal siga escribiendo estos lucidos articulos que encausan las acciones de los que anhelasmos una patria sin terroristas y secuestradores.