TIMOCHENKO, CON BENDICIÓN PRESIDENCIAL
Está claro que Santos permite que el capo se refugie y dirija
a la organización terrorista desde territorio vecino, una flagrante violación
al derecho internacional y una agresión contra Colombia
Por
Rafael Nieto Loaiza
Octubre
12 de 2014
Pudo ser un resbalón, pero pareció más bien una trampa. El
ministro Pinzón está fogueado en muchas plazas y no es del tipo que pisa las
cascaritas que ponen los periodistas. De manera que las declaraciones que dio
sobre la presencia de “Timochenko” en Cuba han de ser resultado de una
emboscada, típicas en nuestro periodismo. El resultado, en todo caso, fue una
tormenta.
Y con razón, porque la presencia del capo de las Farc en La
Habana está lejos de ser explicada con suficiencia, por mucho que el Presidente
trate de despachar el asunto sosteniendo que es “normal” y “parte del proceso”.
Empecemos por resaltar que al paso que vamos en Cuba
terminarán todo el secretariado y el estado mayor de las Farc. A los treinta
miembros del equipo de negociación se sumaron hace unas semanas diez
guerrilleros más, entre ellos “Pastor Álape”, dizque para compensar la
presencia de los militares que en un acto inoportuno y apresurado llevó el
Gobierno a la isla. Con ello se hace sumamente difícil golpear militarmente a
la cúpula del grupo terrorista (de hecho, hace meses que no se dan tales
golpes). Y se le dan unas ventajas adicionales enormes: además del obvio del
descanso y la recuperación de sus mandos, les permite planear y dirigir en
conjunto y sin riesgos y desarrollar actividades políticas y de relacionamiento
tanto internacional como con organizaciones y personas nacionales afines, sin
que el Estado tenga siquiera capacidad de enterarse y bajo la mirada cómplice
de Fidel y compañía. En paralelo, los problemas de comunicación que tuvieron
como resultado de las infiltraciones e interceptaciones de la Fuerza Pública
han quedado superados. Más aun, desarrollan actividades de propaganda sin
ningún obstáculo. ¿Cómo tolera el Gobierno que Cuba les permita el desarrollo
de canales de TV?
Lo de “Timochenko” es aun más grave. Si es verdad que no se
suspendieron órdenes de captura porque el capo no estaba en Colombia, y si es
cierto, como dice Santos, que él mismo avaló su presencia, dos veces, en La
Habana, ¿entonces dónde estaba el guerrillero? Nadie lo duda: en Venezuela. Por
tanto, está claro que Santos permite que el capo se refugie y dirija a la
organización terrorista desde territorio vecino (una flagrante violación al
derecho internacional y una agresión contra Colombia) y que no solo calla y no
reclama al gobierno de Maduro, sino que de la omisión se ha pasado a la acción
al avalar el hecho. Y haciéndole aun más difícil la tarea a la Fuerza Pública.
Al menos para Santos, lo de diálogo en La Habana y confrontación por fuera es
puro bla bla bla. Por mucho que diga que “aquí no se ha bajado la guardia ni un
solo milímetro”, producir resultados militares sustantivos es imposible cuando
la cúpula se encuentra fuera del alcance de la Fuerza Pública (con su aval,
Santos protege a “Timochenko”) y cuando se está repitiendo el sonsonete, aunque
no sea cierto, de que la paz “está de un cacho”. Vaya y explíquele a un soldado
que debe ser el último muerto de una guerra que, según el Presidente, está a
punto de acabarse. Y cuando sabe que el Gobierno quiere que los guerrilleros no
paguen por sus crímenes y acaben en el Congreso porque “es mejor tenerlos ahí
que echando bala”.
Para rematar, la justificación que da es espantosa: “¿Por qué
lo autoricé? Así como mis negociadores tienen que ir al Palacio de Nariño a
consultarme (…), la contraparte también tiene que consultar sus decisiones”.
Pues no, señor Presidente, las Farc no son el Gobierno y “Timochenko” no es
usted, por mucho esfuerzo que hayan hecho en tratar de igualar al grupo
terrorista con el Estado colombiano. Además, la excusa es falsa: los
guerrilleros salen y entran a su antojo de Cuba y pueden reunirse sin ningún
problema con el capo en Venezuela. Es más, lo han hecho.
Finalmente, aunque el Gobierno diga que la autorización se
hizo “en el marco de la Ley” ¿cuál fue la norma que usaron? La Ley 1421 de 2010,
última prórroga con modificaciones de la Ley 418 de 1997, con base en la cual
se han hecho todos los diálogos desde entonces, no autoriza en ninguna parte la
decisión presidencial.
<><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><><>
UNA MAQUINARIA DE GUERRA CONTRA COLOMBIA.
Timochenko está yendo a Cuba para discutir con jefes del ELN,
como asegura el ex guerrillero León Valencia, lo que quiere decir que está
trazando planes conjuntos con ellos para lanzar nuevas ofensivas cuyo objetivo
es aterrorizar al país.
Por
Eduardo Mackenzie
12
de octubre de 2014
El ministro de Defensa no debía hablar pero lo hizo. Juan
Carlos Pinzón se ganó una fuerte reprimenda tras haber revelado que el jefe de
las Farc, alias Timochenko, había viajado hace poco a Cuba, desde una “nación
vecina”. El ministro agregó que ese individuo “ha estado en Cuba y se ha
reunido con los voceros de esa guerrilla en repetidas ocasiones”. Al hacer esa
declaración, el ministro estaba cumpliendo su deber de advertir a los
colombianos acerca de lo que está ocurriendo
en la llamada “negociación” de La Habana. Sin embargo, la reprimenda fue tan
fuerte y rápida que el mismo día tuvo que retroceder. Repuso horas después que
la controversia desatada era “innecesaria” y que él no haría más comentarios.
Error. Esa revelación, confirmada por otras fuentes, fue muy
necesaria y fue, además, un acto de
lealtad con el país. Por eso los voceros de la antipatria lo increparon con
rabia. No es sino ver lo que eructó la agitadora comunista Piedad Córdoba
contra el ministro. Y lo que lanzó
contra él Roy Barreras, el congresista y teorizador más firme de la impunidad
total para los jefes farianos.
Horas después, los medios informaban que, en efecto, Rodrigo
Londoño Echeverri, alias Timochenko, estuvo en Cuba y que había ido varias
veces allá. Lo más sorprendente es que fuentes oficiales confirmaron que el
jefe terrorista había estado en ese lugar con el aval del gobierno de Juan
Manuel Santos pero que –eso es lo más curioso–, no se había reunido con los
negociadores del Gobierno colombiano.
Eso quiere decir que en la capital de la isla-prisión hay
reuniones ultra secretas, patrocinadas por Santos y las Farc, pero a espaldas
de los negociadores que se suponen están allí para defender la democracia.
Timochenko se entrevistó con agentes cubanos y con diplomáticos de Noruega,
Venezuela y Chile, países “garantes”, pero le escurrió el bulto al equipo de
Humberto de la Calle. A menos de que se haya reunido con alguien pero
excluyendo a algunos miembros de ese mismo equipo. Todo el mundo espera que el
general Mora hable al respecto.
Conversaciones secretas entre ELN y FARC suceden en Cuba
Ello derrumba la creencia de los falsos ingenuos que creen
que lo de la Habana no es opaco y de quienes salieron a predicar, sin que les
conste nada, que es “positivo para el proceso de paz que Timochenko vaya a Cuba
para agilizar acuerdos”.
¿Agilizar acuerdos? Ante las informaciones de la prensa es
legítimo pensar lo contrario: el jefe de las Farc no está agilizando acuerdos. Éstos no existen, o si existen,
como los dados a la prensa por Santos en 64 folios, son un triunfo en regla de
las Farc. ¿Acuerdos? La palabra es
inadecuada. Hablemos más bien de capitulaciones. Timochenko está organizando
desde Cuba, pues Bogotá se lo permite, nuevos ataques contra Colombia para
mejorar las posibilidades de obtener un triunfo rotundo y definitivo en la mesa
de conversaciones de La Habana.
Timochenko está yendo a Cuba para discutir con jefes del ELN,
como asegura el ex guerrillero León Valencia, lo que quiere decir que Rodrigo
Londoño, ante todo, está trazando planes conjuntos con ellos para lanzar nuevas
ofensivas cuyo objetivo es aterrorizar al país y sus fuerzas de defensa para
quebrar la voluntad de resistencia de todos contra la perspectiva de un cese al
fuego bilateral, es decir de una orden que equivale a paralizar a nivel
nacional la actividad de la fuerza pública, y para precipitar una perspectiva a
corto plazo de un gobierno “de transición” con jefes de las Farc.
Es de anotar que León Valencia concluyó que los viajes
secretos de Timochenko a Cuba son para velar “por la vida de las Farc”. ¿Y
quién está velando por la vida del país? ¿Santos y Sergio Jaramillo?
Este episodio de la presencia clandestina de Timochenko en
Cuba, mientras en Colombia los activistas farianos agilizan la campaña a favor
de que Santos ordene un cese al fuego bilateral, muestra que esas negociaciones son, en
realidad, una verdadera arma de guerra
contra Colombia, una arma despiadada pero disfrazada de negociación de paz. Es
una acerada maquinaria de guerra, de guerra militar y propagandística, para
abusar del anhelo de paz que mueve a las grandes mayorías colombianas.
Con el pretexto de esas negociaciones, la dirección de las
Farc puede enviar sus jefes y cuadros a Cuba y probablemente a otros países,
para discutir confortablemente su estrategia y tomar decisiones de todo tipo
con sus aliados. Es una ventaja enorme la que han conquistado por esa vía, que
deja en desigualdad de condiciones a la sociedad, al Estado y al Ejército
colombiano. Este último, al mismo tiempo que es urgido, por Santos, a
“acelerar” el combate contra las Farc, ve que ese mismo gobierno le permite al
jefe de las Farc ir a Cuba a entrevistarse con quien quiere. Esos mensajes
contradictorios, perversos, esquizofrénicos,
no pueden tener sino un resultado: sembrar la confusión en las
instancias de dirección de la fuerza pública y desmoralizar a los combatientes
y a la sociedad en general.
El país acaba de constatar que los negociadores de Humberto
de la Calle son simples auxiliares, no verdaderos plenipotenciarios, que siguen
un guión que entre Santos y las Farc han trazado, y que el país no puede contar
con ellos para sacar adelante en esas negociaciones interminables y oscuras los
intereses de las mayorías. Están para confortar un esquema cuyos perfiles
exactos y últimos el país sigue sin conocer.
<><><><><><><><><><><><><><><><><><>
<><><><><><><><><><><><><><><>
No hay comentarios.:
Publicar un comentario