jueves, 28 de febrero de 2013

La justicia injusta en Colombia


LOS DELINCUENTES DE LAS RAMAS ESTATALES

/ Feb.28/ Oscar Alberto Díaz García/Diario del Otún.

Los poderes del estado  no delinquen, pero  si sus funcionarios y empleados.  Aunque desde el punto de vista del marxismo-leninismo, nuestro estado de derecho es delincuente; por ahí empezó la historia de la revolución de Octubre y la ejecución del Zar.  Dentro de la rama judicial, pareciera existir una competencia para saber quien prevarica más,  y quien se pone a la cabeza impunemente, dado que  tal como  reza el adagio popular, “el alcalde  no tiene quien lo ronde”.  Con estos padres de la patria cuyo inmenso rabo de paja les impide la tarea de investigar altos funcionarios,  la comisión de acusaciones de la cámara es un ente de adorno. Entre tanto, la Judicatura, el consejo superior, por ejemplo, prevarica. 

Y a sus miembros los escoge el congreso de la Republica, siendo esta la causa, el origen de todos los males que nos aquejan. Traigo un par de ejemplos para ilustrar mi opinión al respecto. La semana anterior, el famoso Consejo Superior de la Judicatura, decidió indagar e investigar a los abogados escogidos para defender al  Estado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, porque según su criterio el estado colombiano ya la perdió ante esos estrados. Se olvidan los tales magistrados, que para el caso del Palacio de Justicia la ultima palabra la tiene la corte  suprema, tribunal ante el cual  apeló la defensa del coronel Plazas Vega, y  la misma Procuraduría General de la Nación intervino pidiendo aceptaran el recurso de casación;  La Corte Suprema hubo de aceptarlo, y de hecho eso significa que el  coronel Plazas aun puede ser absuelto. Muy a pesar de la izquierda progresista,   de medios de comunicación enemigos de los militares, y de las ONG que se  lucran con cada demanda que le ganan a Colombia.  

Estas organizaciones que siguen los lineamientos del antiguo M19,  y que recibieron la herencia de Pablo Escobar, contubernio responsable del desastre del Palacio de Justicia, pretenden probar que nuestro ejército es una organización criminal, para alegría de la CIDH.  Si el Estado colombiano admite responsabilidades delictivas, deben sus funcionarios explicarle al pueblo soberano los términos precisos en que admite esas responsabilidades, porque una cosa es aceptar que en actos relacionados con el servicio y en determinadas circunstancias un miembro de la fuerza pública cometa delitos, y en consecuencia el estado deba resarcir a las víctimas y sus familias por daños morales y materiales, y otra muy distinta aceptar que es política del estado eliminar a sus contradictores.

El Consejo Superior de la Judicatura asume que en lo del Palacio hubo  desapariciones,  que iniciando eran por decenas, para después bajarle a once; hoy hablan de dos.  Y para ellos eso significa que hubo una  política de estado  que orquestó el crimen. Crimen que sigue en veremos por probar del todo, pues la última instancia aun no se ha fallado. Alfredo Rangel en reciente artículo de la revista Semana, sostiene que “la responsabilidad individual sobre esos dos presuntos desaparecidos hay que esclarecerla, pero de hecho  de dos desaparecidos aun fuese cierto, no se puede derivar que hubo una política criminal del mismo Estado”  Afirma a renglón seguido que la CIDH, de orientación netamente comunista, ha producido fallos contraevidentes tales como el caso del bombardeo en  Santo Domingo, y el de Mapiripan, condenando a Colombia de forma aberrante. En Santodomingo las pruebas demuestran de sobra que los autores de la explosión mortal fueron las Farc, pero ellos lo desconocieron olímpicamente; en Mapiripan, falsas victimas arrepentidas, reconocen haber sido inducidos de frente por un colectivo de abogados de ingrata recordación. 

Si esa corte es así, no tiene arreglo, y hoy la preocupación debería ser más bien en el sentido de  si nos conviene y corresponde seguir reconociendo su legitimidad.  Agrega Rangel que “hay países que no reconocen la tal corte, los Estados Unidos, Jamaica, Grenada y Canadá  la desconocen, y otros como Venezuela Brasil y México a veces desconocen sus fallos; ellos no viven del qué dirán.”  Nosotros ente tanto, de manera pusilánime,  le comemos cuento a las mentiras que orquesta la izquierda retrograda resucitada desde Cuba, impulsada desde Venezuela, y aceptada por los tres poderes vendidos, con el eco de ciertos grandes medios de comunicación. Ya se nos olvidó el despojo de la otra corte, con lo de San Andrés.

miércoles, 27 de febrero de 2013

¿Para dónde va el país?


Autor: Édgar Polo
Fuente: El Heraldo
Fecha: 26/02/2013

Una gestión de gobierno se evalúa desde lo económico, social y político. La adecuada ponderación de los resultados permite, con objetividad, calificar sus resultados. Aunque las aristas son distintas, los resultados de la economía inciden necesariamente en la social, puesto que ningún gobierno puede llevar a efecto la segunda sin un buen resultado en la primera. Sin recursos es imposible reducir la pobreza, mejorar la salud pública y brindar educación de calidad. Lo político, en nuestro medio, lamentablemente es el resultado de la gula y la mermelada.
Para auscultar la gestión gubernamental, la firma Invamer Gallup, contratada por el Grupo Publicaciones Semana –que no es justamente antigobiernista–, realizó una encuesta entre los 200 más importantes ejecutivos empresariales, incluyendo presidentes, vicepresidentes y gerentes de área; los resultados de la calificación son patéticos para el ejecutivo. La percepción con relación al Presidente en dos años cayó del 69 a un 41%, y su gabinete obtiene, en conjunto, un modesto 3.19 sobre 5, esto es que pasa a ras con bola. Hay consenso en que la economía no crecerá más del 4% y la conclusión obvia es que la pobreza va a empeorar, lamentable.
El análisis pormenorizado es una especie de disección técnica sobre las causas. Los ministros mejor calificados son Vargas Lleras y Sergio Díaz-Granados. De estos, Vargas Lleras maneja el programa populista de casas gratis que hasta ahora es pantalla. Sergio Díaz- Granados es quien presenta resultados concretos, como son los tratados de libre comercio con Estados Unidos, Europa y Asia, paradójicamente estos, que son resultados tangibles de una buena gestión, terminarán afectando negativamente porque el país no ha desarrollado la agenda interna en lo que toca a infraestructura física, y esto nos saca de competitividad en el escenario internacional, incrementa las importaciones y genera un déficit estructural en Cuenta Corriente.
En la zona media de la calificación, cuyas notas obtenidas marcan desde 3.38 para Ángela Holguín, de Relaciones Exteriores, hasta el 3.2 de Juan Carlos Pinzón, de Defensa, se destaca la fuerte caída de la Canciller, que se debe a que el manejo de las relaciones exteriores no es acomodarse para la foto con el nuevo mejor amigo o el show de la Cumbre de Las Américas en la que la vedette fue la postpago Dania Londoño. El mindefensa Pinzón, por el contrario, registra, contrario sensu del resto de ministros, mejora en su calificación.
Las peores notas las obtienen quienes desde sus carteras inciden en la cuestión económica: DNP, Minas y Transporte, particularmente esta última obtiene una de las peores notas, 2.73, puesto que no ha podido desatollar la locomotora de la infraestructura física.
Si le va mal a Santos en la encuesta de Invamer-Gallup, en la de Datexco, elaborada para la W Radio, le va peor: su imagen favorable cae al 47% y más de la mitad de los colombianos cree que el país va mal. Con relación a la reelección, más del 60% rechaza la idea. Es el resultado de un gobierno que, sin metas y objetivos de largo plazo, actúa por reacción a las encuestas. Sin embargo, está en campaña de reelección. Sin ideas y programa de gobierno apela a cambio de imagen. Se presentó a los cafeteros manejando un yipao; en la Batalla de Flores del Carnaval, con pantalón morado y enmaizenado; en Aguachica, como chofer de bus, y en La Guajira –donde hace falta el agua, la luz y alcantarillado–, regalando tabletas de cómputo. Hace más de 500 años los conquistadores españoles tramaban a los indios con espejitos. ¿Quo vadis, Príncipe?


Camilo García - Oficina de Prensa Cuerpo de Generales y Almirantes de la Reserva Activa CGA