martes, 26 de mayo de 2009

RECONOZCAMOS ERRORES, PERDONEMOS, CERREMOS HERIDAS Y UNAMONOS

La solidaridad es la solución
Por: Mg. Javier Arias Vivas


Apreciados compañeros de las FUN:

Hoy queremos reflexionar acerca de la insolidaridad que aqueja a la mayoría de los miembros de la reserva activa. Preferimos simplemente no participar. Todas nuestras asociaciones pregonan como objetivo principal en sus estatutos “…el desarrollo de la amistad y el compañerismo”. Y en efecto, nos reunimos en alguna actividad mensual que generalmente es un almuerzo, a veces con un conferencista de por medio. Compartimos con los compañeros de curso, o con los que trabajamos en unidades especificas, en determinada época, hablamos un poco de nuestras anécdotas, de nuestros Comandantes, de nuestros combates, de los problemas que nos tocó vivir, de los momentos de alegría y seguramente comentarios mordaces de los culpables de nuestra desgracia en un momento especifico de nuestro carrera y que se relacionan generalmente con las circunstancias de nuestro retiro. A esto repetimos, lo llamamos “amistad y compañerismo”. Es una quimera o una ilusión o una utopía. Asistir a un almuerzo, a una ceremonia o a una celebración eso necesariamente no es compañerismo.

Amistad y compañerismo es sentir que pertenecemos a una organización, cuyos directivos se pronuncian con fortaleza en defensa de los intereses de sus miembros y de las instituciones armadas a las cuales pertenecimos. Es participar en las reuniones no para criticar insanamente sino para plantear propuestas viables que coadyuven a la protección de los que no tienen voz ni voto, es decir, nuestros militares y policías. Es visitar a nuestros detenidos y luchar para que tengan una defensa del primer nivel. Es protestar por medidas que lesionan la integridad de las Fuerzas Armadas y de sus miembros activos y de la reserva. Es escribir y hablar por los medios de comunicación expresando nuestro sentir. Es seguir en la lucha de las ideas defendiendo a nuestros hombres de las afrentas que plantean los enemigos de siempre, pero con otro rostro. El rostro de la infamia, la mentira y las falsas imputaciones. Nuestras instituciones y con ellas sus hombres se encuentran solos enfrentando una guerra, la guerra política, para la cual no están preparados ni nosotros “las reservas” tampoco, porque estamos más divididos que nunca.

Nos divide la incomprensión y la intolerancia. La amargura de lo que pudo haber sido y no fué. Y no perdonamos a los que nos hicieron daño con razón o sin ella. Y no aceptamos que cometimos fallas abusando del mando en un momento determinado. Cuando seamos conscientes de estas cosas y aceptemos que somos hombres y que por serlo somos impredecibles y falibles entonces procederemos a construir una verdadera amistad y compañerismo cimentado en la solidaridad y en la creencia “que caminando juntos” nos volveremos indestructibles. Y no nos pasará, lo que les está sucediendo a los militares de Argentina, Perú, Uruguay y pronto Chile.

Morir peleando, fue la consigna de toda nuestra vida militar y policial. Vamos ahora a dejar que nuestras instituciones y organizaciones mueran sin abordar en este caso la lucha ideológica? Esperemos que la situación va a cambiar, dirán los pusilámines, pero los políticos nos negociarán, como lo han hecho en los países del cono sur, echándonos la culpa de todo lo malo que le ha sucedido al país para salvarse ellos de toda responsabilidad como en los hechos del Palacio de Justicia; y es además una tendencia de todo Latinoamérica: acabar los ejércitos y con ellos nosotros y lo poco que nos queda después de largos años de sacrificio luchando por la patria.

Pero cual es la solución, dirán la mayoría. Muy sencillo: agruparnos, reunirnos en torno a unos ideales políticos, hacer con nuestras familias y amigos un movimiento con fortaleza electoral y poner 5 o 6 senadores e igual numero de representantes, diputados, concejales, gobernadores y alcaldes y porque no, un presidente y guerrear desde la tribuna de ideas, por la historia y tradición de nuestras Fuerzas Armadas, lo que ellas encarnan y sobre todo por todos aquellos hombres que después de arriesgar sus vidas en los campos de batalla ahora se encuentran inermes frente a los tribunales amañados que con presiones políticas nacionales e internacionales quieren dictar sentencia condenándolos como viles asesinos.

De nada servirá, irnos desunidos para las próximas elecciones consiguiendo el aval de otro movimiento o partido político. El que se lance por ejemplo con el partido liberal y ponga unos votos, si sale elegido, tendrá que someterse a lo que decida toda la bancada de ese partido y no le quedará espacio para pensar o actuar a favor de su nicho natural que son las Fuerzas Armadas y sus reservas. No queremos imaginarnos un Senador nuestro sentado a la siniestra de Piedad Córdova.

Por lo anterior, la opción adecuada es revitalizar nuestro movimiento, participar en sus reuniones, armar grupos de trabajo, recoger firmas para avalar nuestros candidatos, afiliarnos al movimiento Fuerzas de la Unión X mi país, FUN, y poner por lo menos 400.000 votos en las elecciones de Marzo del 2010 y tener nuestros propios representantes en el Congreso y demás corporaciones de elección popular.


Apoyemos esto y demos sentido a nuestras vidas!

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