Otro duro golpe al Ejército Nacional.
La inmerecida y desafortunada baja del General Gustavo Matamoros Camacho
Por: Centro Colombiano de Pensamiento Político Militar
Todo fue bien preparado. Sucedió el miércoles 20 de abril de 2011 a las 5 PM, cuando el pueblo colombiano estaba de viaje por Semana Santa y todo el Ejército se encontraba desplegado en los trabajos de Seguridad y de apoyo a los afectados por la ola invernal. Por la mañana el Almirante Edgar Cely salió a los medios de comunicación a decir que en las Fuerzas Militares todo era paz, armonía, comprensión, solidaridad; por la tarde se confirmó lo que se comentaba en los pasillos y en algunos medios de comunicación: "Hay fractura en la cúpula militar".
Estos rumores fueron confirmados por los subsiguientes acontecimientos. El día miércoles 20 de Abril en las horas de la tarde, Almirante Cely llamó al General Matamoros, para insinuarle que pidiera la baja, el General Matamoros se negó rotundamente, por lo cual fue llamado a “calificar servicios” de acuerdo a la facultad discrecional del gobierno. Un hecho de extrema gravedad por las implicaciones que esto tiene, particularmente al interior de las filas de Ejército Nacional, no se concibe bajo ningún punto de vista el tratamiento dado al segundo al mando de las Fuerzas Militares, sin la más mínima consideración y sin tener en cuenta las consecuencias que esto traerá para la moral de las tropas. No se concibe que el Ministro de la Defensa Nacional no haya intervenido oportunamente para evitar este agravio o por lo menos haber oído al General Matamoros, para luego tomar una determinación de esta dimensión; pero sí muy orondo al día siguiente en rueda de prensa, nombró a su reemplazo como si se tratara de un relevo rutinario de un mando medio.
Lo cierto es que el General Matamoros, había presentado varias diferencias con el Comandante General, sobre temas conceptuales y de fondo, relacionadas con el Fuero Militar, La Justicia Penal Militar, el Fuero carcelario, los Comandos Conjuntos, compras de equipamiento militar y otros temas de alta importancia estratégica, particularmente para el Ejercito, por ser la Fuerza que está afrontando en un 90% los más duros embates de sus enemigos. Indudablemente Matamoros se convirtió en la piedra en el zapato, por oponerse a la política de apaciguamiento y total abnegación ante los desafueros cometidos contra el Ejército en los últimos años. No dudamos de las excelentes condiciones y virtudes de Almirante Cely, pero no compartimos su falta de flexibilidad y manejo de un equipo tan importante como es el Comando General.
El señor Presidente de la Republica en uso de sus atribuciones, nombró como Comandante General de las Fuerzas Militares al señor Almirante Cely, incluso años atrás, había sido ejercido este cargo por el señor Almirante Holdan Delgado, quien efectuó un manejo prudente y cordial sin contratiempos; pero esto no quiere decir que esta decisión haya sido correcta y doctrinaria. No compartimos que una Fuerza como la del Ejército Nacional con más de 220.000 hombres, sea comandada por un marino que es experto en operaciones marítimas. Es como si se nombrara de Comandante de la Flota Naval del Atlántico o de Comandante de la Armada, por el solo hecho de tener algunas tropas del Ejército, a un General experto en operaciones terrestres. Si hablamos doctrinariamente y teniendo en cuenta la organización de los Comandos Conjuntos, que es el caso del Comando General, “dice que esta organización, deberá tener como Comandante a un miembro de la Fuerza que tenga el mayor componente”, y esto tiene su lógica desde donde se mire. Todas las Fuerzas Militares del mundo siguen esta doctrina, no por capricho sino por norma organizacional, lo contrario será la improvisación por inexperiencia.
Respetamos y reconocemos la importancia de nuestra Armada Nacional, en los mares y ríos de nuestra patria, así como los decisivos y valiosos aportes de la Fuerza Aérea Colombiana, que sin su aporte hubiere sido imposible obtener los éxitos en las más importantes operaciones de los últimos tiempos.
Lamentamos profundamente la baja del General Matamoros. Un hombre íntegro, serio, inteligente que por divergencias conceptuales salió de baja con honor como corresponde a los Generales que defienden la Institución. El maltrato sufrido a un General de cuatro soles al darlo de baja en la forma como lo hicieron, es el fiel reflejo de cómo están maltratando al Ejército Nacional.
En este desafortunado hecho perdió el Ejército, perdió la Armada, perdió el Almirante Cely y perdió el país, así traten de minimizar el hecho. Los que deben estar celebrando en estos momentos por esta desafortunada baja del General Matamoros, son los terroristas de las FARC y los enemigos solapados en las instituciones.
Bogotá, 21 de abril de 2011
CENTRO DE PENSAMIENTO ESTRATEGICO POLITICO MILITAR