Trascendencia político-estratégica de la muerte de Alfonso Cano
Por: Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido - Analista de asuntos estratégicos
La baja en combate de Alfonso Cano cabecilla de las Farc significa un punto de quiebre a favor del Estado en la guerra de Colombia contra el narcoterrorismo comunista, la máxima posibilidad que tiene el gobierno nacional para arreciar la ofensiva militar, política y sicológica contra las estructuras farianas; la oportunidad de oro para desenmascarar y judicializar a todos los cómplices nacionales e internacionales del grupo terrorista, la necesaria revitalización y solución a los problemas de bienestar de las Fuerzas Militares y de policía; y, la posibilidad para incrementar avances hacia la paz, con base en una estrategia integral que contenga elementos de desarrollo socioeconómico y combate al narcotráfico para evitar la incorporación de jóvenes a las cuadrillas.
No es cierto como afirman algunos “expertos”, que las Farc se “bandolerizarán” debido a la muerte de Cano, pues desde siempre han sido bandoleros, y narcoterroristas, en su más reciente etapa. Tampoco es cierto que habrá pugnacidad entre los cabecillas del Secretariado por ocupar la dirección de las Farc. Ese problema se soluciona acorde con los estatutos farianos.
El Plan Estratégico y los documentos programáticos de las Farc indican que el Secretariado tomará una decisión colectiva para elegir al nuevo cabecilla y escoger al suplente del “Estado Mayor”, que llenará el vacío dejado por Cano. Podría ser Carlos Antonio Lozada. Como es obvio, dadas las condiciones actuales, este proceso tomará un tiempo prudencial, periodo durante el cual pueden ocurrir deserciones, nuevos combates e inclusive más golpes contra otros cabecillas.
En esencia, el nuevo cabecilla será elegido por consenso del Secretariado. En ese lapso las Farc seguirán la línea impuesta por Cano, de sobrevivir asimilando nuevas circunstancias de la guerra. Así lo han hecho durante cinco décadas y ese es el legado de Tirofijo y los guerrilleros marquetalianos.
En ese orden de ideas, todos los méritos y los honores del trascendental golpe táctico corresponden para los soldados colombianos, verdaderos arquitectos de los logros. Como siempre suele suceder en un gran triunfo, los oportunistas se quieren subir al tren de la victoria con ansias de protagonismo y búsqueda de réditos politiqueros.
Sin inmutarse, ni aceptar la verdadera responsabilidad de la situación de desorden público que hubo en Colombia derivada de su miopía estratégica y falta de carácter, el ex presidente Pastrana se atrevió a decir, que su labor como mandatario, originó este tipo de operaciones. Y la exministra de Defensa Lucía Ramírez, osó decir que ella trazó toda esta estrategia. Pero cuando hay fracasos, todos actúan igual a Santos o a Samper, cuyo criterio indica que las cosas malas suceden a sus espaladas.
Las Fuerzas Militares de Colombia son hoy paradigma universal en operaciones aerotácticas contra objetivos de alto valor estratégico. Con base en un esquema sencillo pero efectivo y bien articulado, los servicios de inteligencia militar dotados con elementos de inteligencia técnica localizan a los cabecillas y las estructuras de mando terroristas; la Fuerza Aérea bombardea con alta precisión y las Fuerzas Especiales terrestres desembarcan de aeronaves en vuelo estacionario sobre los núcleos de resistencia terrorista y combaten con arrojo hasta consolidar el objetivo.
Son operaciones tácticas con profundas connotaciones político estratégicas, que en los casos de Fénix, Jaque, Sodoma, Camaleón y ahora Odiseo contra Cano, no solo fortalecen el espíritu combativo de las tropas, sino que aumentan la sensación de seguridad entre los colombianos y generan enorme desazón y presión sicológica entre los terroristas.
El caso específico la muerte de Cano en combate, trae consigo varias consecuencias político-estratégicas:
1. Por enésima vez Chávez, Correa, Evo Morales, Daniel Ortega, Fidel Castro, Cristina Kirchner, Dilma Russeff y Lula Da Silva, encuentran un insuperable obstáculo a su propósito totalitarista, de meter a Colombia en la órbita de la pobreza estructural añorada por la dictadura cubana y sus peones, sobre el hemisferio latinoamericano.
2. Quedan sin piso, todos los planes secretos y tretas amañadas que vienen realizando los autodenominados colombianos por la paz, con el fin de legitimar a las Farc en contubernio con el Foro de Sao Paulo y los partidos comunistas del continente.
3. El Plan Estratégico de las Farc y su apéndice el Plan Renacer orientado por Cano, sufren un nuevo revés y encuentran un nuevo escollo, que llegará a ser insuperable, de mantenerse el ímpetu de la ofensiva militar del Estado.
4. La doctrina político-militar de la Defensa Nacional colombiana recibe nuevos elementos y refuerza conceptos, que necesitaban más argumentos para darles cariz científico-académico.
5. Se abre una posibilidad muy amplia para revivir el Plan Lazo ideado en 1962 por el general Alberto Ruiz Novoa por medio de acción sicológica, cooperación civil-militar e integración con la comunidad en proyectos socioeconómicos que junten a los campesinos y personas de estratos 1 y 2, en procesos productivos, que los tengan ocupados en el desarrollo nacional y alejados de las invitaciones a integrar grupos terroristas.
6. Queda abonado el terreno para que el Ejército Nacional desate un campaña intensa de invitación a la deserción con argumentos sólidos basados en las permanentes bajas de cabecillas, la esterilidad del narcoterrorismo, la evolución del mundo moderno, el retraso que sufre Colombia con la violencia, la necesidad de construir un mejor país, etc. Pero para eso se necesita compromiso real del gobierno Santos y no solo la consuetudinaria politiquería electorera.
7. Las Fuerzas Militares tienen el sartén por el mango para exigir al gobierno nacional que resuelva de una vez por todas, el inexplicable retraso en el pago de los salarios ordenados por la ley desde 1992; recomponer el vergonzoso servicio de salud de las Fuerzas Militares y recobrar el Fuero Militar así como la inclusión de un equipo de alta calidad de defensa jurídica de los uniformados que participan en operaciones contra los terroristas.
Asimismo la experiencia acumulada durante la etapa de guerra en el escenario político-estratégico, alcanzada en el conflicto colombiano a partir de la muerte de Miller Perdomo en el Sumapaz y la captura de Simón Trinidad en Ecuador, obliga al Estado colombiano a corregir una grave falencia, derivada de la actual realidad de los preceptos de seguridad nacional:
“Ni los militares colombianos saben de política, ni los civiles saben de defensa nacional”, debido a que muchísimos colombianos, creen que el problema del narcoterrorismo comunista se reduce a los choques armados y que la paz es asunto unívoco del presidente de turno con los cabecillas de los grupos narcoterroristas.
El gobierno colombiano tiene la oportunidad de oro para desenmascarar y judicializar a los socios nacionales e internacionales de las Farc. Los siete computadores, las 39 USB y los 24 discos duros incautados, a la par con otros documentos hallados a Cano y sus escoltas, contienen los datos que corroboran los nexos de los gobiernos vecinos cómplices de las Farc, y los vínculos de muchos colombianos que osan de pacifistas, pero que en realidad hacen parte de las Farc por medio del Partido Comunista Clandestino (PC3) y del legal (PCC).
Es inaceptable que estos documentos electrónicos se vayan a convertir en lo que fueron los computadores de Reyes y Jojoy: Herramientas para hacer politiquería barata en consejos comunitarios cada ocho días, decisiones inexplicables de los altos tribunales, y herramientas para que los estafetas de las Farc, no solo mientan con cinismo sino para que de manera increíble demanden al Estado Colombiano, dizque como víctimas de persecuciones.
La muerte de Cano, igual que la de Jojoy y la de Reyes, entregó al gobierno nacional toda la información con el mapa detallado de los avances y retrocesos del Plan Estratégico de las Farc, sus contactos nacionales e internacionales, sus planes a mediano y largo plazo, sus cómplices, sus propiedades y testaferros, y desde luego las claves de comunicaciones, y otros elementos para que con mucho tino sean golpeadas las demás estructuras farianas.
El balón está en la cancha del gobierno. Presión militar intensa, desarrollo socioeconómico, acción sicológica y combate a la corrupción. Si esto se hace, por sustracción de materia, la paz estará cera y obligará a los terroristas a liberar los secuestrados, última carta que les queda a las Farc y a sus socios para resucitar el cadáver político del grupo criminal.
Esa es la trascendencia estratégica y política de este golpe, que además de una magistral operación de combate aerotáctico en ambientes de guerra de guerrillas, pudiera ser el paso definitivo para derrotar a las Farc; pero no al germen de la revolución comunista, de persistir la arrogancia politiquera de Santos, la ambición egocéntrica de los politiqueros de siempre, el manoseo a las instituciones militares y el rampante desconocimiento de la población civil y sus dirigentes acerca del Plan Estratégico de las Farc.
Si no se actúa con visión estratégica integral, podría repetirse el fenómeno del resurgimiento del Eln después de la contundente Operación Anorí, que en 1973 terminó con la muerte de los hermanos Vásquez Castaño, equivalentes al mono Jojoy y al Cano de las actuales Farc.
Bogotá, Sábado 5 de Noviembre de 2011
Tomado del sitio: www.luisvillamarin.com
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