martes, 31 de julio de 2012

Guerra jurídica contra los militares


Editorial

LA LEGALIZACIÓN CONSTITUCIONAL DE LOS ABUSOS

A la fiscalía ya deja de preocuparle la vigencia del acuerdo que firmara en 19967 con el ministerio de defensa, porque ya obtuvieron una norma de muchísima mayor jerarquía  con la consagración constitucional que se pretende hacer de sus pretensiones.

El abuso que algunos miembros de la fiscalía hacen de sus atribuciones, materializado en la maximización, agravamiento y manipulación de los cargos, como expediente para empapelar a militares, constituye una práctica común y muy frecuentemente utilizada. Este perverso subterfugio utilizado con plena conciencia de que constituye un desborde ilegal que la práctica ha permitido, ha llevado ya a demasiados inocentes a investigaciones y privación de la libertad total y absolutamente injustas.

La consagración constitucional que pretende establecer como excepción del conocimiento de la Justicia Penal Militar de algunas conductas delictivas, no es más que la legalización de estos abusos que elementos de la fiscalía han venido haciendo desde tiempo atrás; los crímenes que se proyecta excluir son los que, sin corresponder y como estrategia siniestra, ordinariamente se atribuyen casi todos los militares que son investigados por la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía.

Esta maniobra ha avanzado, y cada día cobra mayor impulso, gracias a la inadvertida concientización de la opinión, la que terminó convencida de que las operaciones militares han sido la máscara para tapar conductas criminales y nadie, por ello, se atreve a cuestionar estas acciones, que asumen una apariencia de legalidad; a la consolidación de la artimaña, contribuye también la poca o nula oposición de quienes conocen la falsedad de estas premisas y por comodidad, temor o necesidad, callan y permiten que estas prácticas y las teorías que las soportan, hagan carrera, independientemente de su inaceptable injusticia y del perjuicio que han generado a las Fuerzas Militares y Policía y al país, que pareciera paralizado o indolente.

La persecución de los culpables, que los hay, no puede llevar al abandono de los inocentes en manos de un cuerpo de investigadores cargado de intenciones de diferente índole, en donde bajo el mismo parapeto se escudan, entre otros, fines ideológicos, políticos o de venganza, junto con  consideraciones de conveniencia, de aplauso, promoción o premio.

La desprotección de los militares investigados de hoy y de ayer, alcanzará su más alto nivel cuando el Congreso apruebe el proyecto de Fuero Militar que hace trámite allí. La Constitución, entonces, garantizará a quienes desde la Fiscalía persiguen fines políticos para paralizar, definitivamente, las operaciones militares contra los grupos terroristas. Quienes se llamen a engaño y sigan creyendo en la bondad del proyecto, mañana serán sus víctimas o los testigos  del descalabro, pero su lamento será tardío y sin posibilidad de dar marcha atrás para revertir el desorden.

Centro Colombiano de Pensamiento Político-militar

jueves, 19 de julio de 2012


CAUCA: HUMILLACIÓN, IMPOTENCIA O IRRESPONSABILIDAD…

Por: MG ® Hernando A. Ortiz Rodríguez
Miembro del Centro Colombiano de Pensamiento Político-militar

Para quienes lucimos el uniforme de soldados de Colombia, fue particularmente doloroso ver las imágenes que los medios de comunicación, una y otra vez mostraban del acontecer en el Departamento del Cauca y en el que claramente se veía a una turba enardecida de indígenas vejando y humillando a nuestros hombres; conmueve, ver las lagrimas del Sargento García, no como acto cobarde, mas bien como símbolo de impotencia, desazón y reflejo de lo que es nuestro país hoy, pero con la convicción de que las armas no se dirigen al pueblo sino al enemigo, fue un acto que si bien nos dejó mal sabor, confirmó porque la institución militar es la de mayor aceptación y estima del pueblo, fue un monumento al respeto por la vida que tanto nos critican.

Pero cabe preguntarse porqué hemos llegado a este estado; porqué se critica al Ejército y a sus comandantes como responsables de lo que allí sucede, por ello, comparto estas reflexiones y respuestas:

El Cauca, desde la colonia ha sido protagonista de la lucha por la tierra y por el poder, pero no fue allí donde se hubieran dado las grandes batallas de libertad, sin embargo, muchos de sus preclaros hijos tuvieron la responsabilidad de manejar el estado Colombiano en los últimos doscientos años.

Dónde quedó su legado y aporte a la región, dónde el aporte de sus líderes políticos, sus dirigentes cívicos, dónde quedó la acción de su actual gobernador que prefiere encargar un secretario y viajar en lugar de enfrentar el problema. Dónde quedó la acción de los últimos gobiernos centrales mas allá de la sospechosa tolerancia con las comunidades indígenas, manipuladas por intereses oscuros ;  dónde quedó la acción de los últimos ministros del Interior responsables del manejo y presupuesto para esas comunidades; porqué va el señor Presidente al Cauca, recibe una significativa silbatina, se va y se obliga al Ejercito a resolver el tema; Dónde está el parlamento, dónde está el poder judicial del Estado investigando y judicializando los autores de la agresión y provocación descarada a la tropa, dónde está la defensoría del pueblo, las ONG’s, la iglesia Católica, los gremios económicos, dónde esta su voz de protesta, dónde está el ciudadano de bien que no vela por preservar el patrimonio nacional como lo es el Ejercito.

Señor Presidente: No abandone a su suerte el Ejercito, es hora de que los políticos y dirigentes, la política, la sensatez (magnifico ejemplo del Sargento García) y la acción de gobierno y del estado actúen o será tarde y nos tocará con respeto y no sin razón repetirle lo que AIXA madre de BOABDIL en el siglo XV le dijera a propósito de la pérdida de la Alhambra: “Llora como mujer, lo que no pudiste defender como hombre”.